La medicina china, al auxilio de Joan
La lucha contra la muerte de un catal¨¢n de dos a?os a 12.000 kil¨®metros de casa
El cuerpo, como las escrituras es legible en distintas direcciones. Los ¨®rganos, las ramificaciones, las funciones, son otras tantas unidades m¨ªnimas de significaci¨®n, que las terap¨¦uticas de las distintas civilazaciones han integrado siguiendo esquemas m¨¢s dispares. Para un ciudadano del mundo occidental, por ejemplo, la palabra ri?¨®n es clara como una letra del abecedario. Para un chino, en cambio, la palabra ri?¨®n significa v¨ªscera que rige un sistema integrante de meridianos y puede localizarse en la planta de los pies. La diferencia no es balad¨ª
Todo esto podr¨ªa parecer una ociosa disquisici¨®n si no concerniese la esperanza de vida pueblos enteros y las pol¨ªticas de los Estados.Para Ram¨®n Mar¨ªa Calduch y Cladia, la decisi¨®n de tratar a su hijo con otro c¨®digo fue el ¨²ltimo recurso de amparo contra un diagn¨®stico que en Occidente equivale a una sentencia te pena capitaI: leucodistrofia metacrom¨¢tica.
Desde la edad de 18 meses, Joan Calduch comienza una verdadera batalla de habeas corpus contra su enfermedad. ?sta le arrebata, en un lapso de tres meses, la elasticidad, el habla, la visi¨®n, la audici¨®n y la posibilidad de asimilar alimentos respirar normalmente.
Las audiencias en hospitales de Espa?a, Austria, Rep¨²blica de Alemania y Estados Unidos ratifican el diagn¨®stico: la enfermedad de tipo gen¨¦tico, de car¨¢cter car¨¢cter recesivo. "Cuando les parezca desenchufamos las m¨¢quinas", les dicen a sus padres en una cl¨ªnica moderna.
Coma profundo
Al llegar a Pek¨ªn, el mes de abril, Joan entra en un coma profundo. Todos creen que no saldr¨¢ de esta situaci¨®n. Todos menos el mismo Joan y sus padres, pues saben que Mail quiere vivir, que Joan vivi r¨¢. El ni?o vuelve en s¨ª al cabo de 15 d¨ªas, Ram¨®n Mar¨ªa, el padre de Joan, emprende una verdadera carrera para conseguir los mejores especialistas de acupuntura, masajes, hierbas y gigong (t¨¦cnica de maestr¨ªa de la energ¨ªa). Y como si no bastara correr contra la muerte debe igualmente una inusual cabalgata en los laberintos de la Administraci¨®n china que le llevan en una ocasi¨®n a pasar una hora esposado en una comisar¨ªa de Pek¨ªn por haber hecho saltar la cerradura de una ambulancia que aguardaba autorizaci¨®n para arrancar, mientras Joan esperaba ser transportado de urgencia a un servicio de reanimaci¨®n. La medicina china opera lentamente. El diagn¨®stico lo traza en sentido inverso: seg¨²n el doctor Zhang Guorui, director del Departamento, de Acupuntura del hospital Dong Zhi Men, "se trata de un tipo de meningitis tuberculosa que, aunque no hereditaria, puede llegar a da?ar el dispositivo gen¨¦tico"_
"Esta enfermedad tiene manifestaciones nerviosas y digestivas", explica el doctor Zhang, encargado de suministrar agujas tres veces por semana a Joan. "Su etiolog¨ªa depende de una debilidad de bazo, ri?ones y pulmones. Y cuando el bazo sufre de alteraciones tiene repercusiones tanto musculares como viscerales. Por eso las manifestaciones cl¨ªnicas de la enfermedad de Joan son de uno y otro orden: crispaci¨®n, clorosis, p¨¦rdida de apetito y aton¨ªa muscular, por un lado, y supuraci¨®n de flema, por el otro. Lo primordial es reforzar la ingesti¨®n de alimentos, pues si no el ni?o se dejar¨ªa morir. Ahora su apetito ha mejorado y ya no vomita
V¨ªsceras de almizclero y descargas el¨¦ctricas
.El milagro experimentado por el peque?o Joan no ha sido precisamente, un sendero alfombrado de flores. Ha pagado muy caro su precio de esfuerzo y sinsabores.
Claudia, la madre de Joan., "el ni?o parece comprender perfectamente la importancia del tratamiento que se le suministra. Ahora su apetito ha mejorado y ya no vomita. Pero cuando daba alaridos por el dolor que le produc¨ªa tragar, s¨ª le dec¨ªamos: 'Joan, esto es medicamento', abr¨ªa la boca y aceptaba, a pesar del mal gusto de muchas hierbas chinas", agrega.
El especialista de qigong (tecnica de maestr¨ªa de la energ¨ªa), por su parte, parece operar milagros con el cuerpo de Joan, quien durante las sesiones diarias logra abrir brazos y manos y movilizar las piernas.
La presi¨®n de un trozo de v¨ªscera de aImizclero tibetano sobre la articulaci¨®n de un dedo del pie le imprime a la pierna un vaiv¨¦n r¨ªtmico.
Las descargas de qigong el¨¦ctrico (dian qigong), de 220 voltios, -utilizando al m¨¦dico como cuerpo conductor, parecen, en cambio, dejar al peque?o completamente indiferente. "Todavia es d¨ªficil prever el desenlace", previene, sin embargo,el doctor Zhang, ante las esperanzas que suscitan en los Calduch cada progreso registrado en el tratamiento. Estas experiencias llevaron en todo caso a Ram¨®n Mar¨ªa Calduch, empresario catal¨¢n de 28 a?os, a querer darlas a conocer en Espa?a. Y para ello acaba de firmar un preacuerdo con el hospital Guang An Men para abrir un hospital de medicina tradicional en Amposta, Tarragona, con personal venido expresamente de la Rep¨²blica Popular China. El centro hospitalario deber¨¢ comenzar a funcionar en la ciudad mediterr¨¢nea el d¨ªa 10 de enero de 1989. El desarrollo de estas t¨¦cnicas terap¨¦uticas chinas desde ese hospital tarraconense, enriquecer¨¢, sin ninguna duda, las perspectivas curativas para determinadas enfermedades consideradas malditas en occidente (y, por ende, ciertas bases culturales) de los m¨¦dicos y pacientes espa?oles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.