?Viva la diferenc¨ªa!
Los europeos admiran el, espectacular desarrollo econ¨®mico experimentado por Jap¨®n, pero disimulan malamente un sentimiento de fastidio hacia un pa¨ªs que en apenas dos d¨¦cadas se ha convertido en potencia mundial, con perspectivas incluso de relevar a Estados Unidos en el liderazgo de las naciones libres. Un bot¨®n de muestra que ilustra esta opini¨®n es el reportaje titulado Cien razones para odiar a los japoneses, anunciado en portada por una revista francesa de reciente aparici¨®n, Le Globe. Del lado japon¨¦s, lo europeo tampoco se ve con agrado, y suscita recelo y desprecio ante una presunta superioridad tecnol¨®gica nipona. Todo ello no ha sido obst¨¢culo para que las relaciones econ¨®micas bilaterales se hayan multiplicado en los ¨²ltimos 20 a?os, con un aluvi¨®n de inversiones japonesas en los pa¨ªses de la Comunidad Europea (CE) y para que Jap¨®n haya decidido encarar con especial atenci¨®n la meta de 1992, cuando el Mercado ¨²nico europeo debe quedar definitivamente consolidado."1992 es una oportunidad formidable para que las relaciones entre la CE y Jap¨®n avancen m¨¢s all¨¢ de las fricciones comerciales que actualmente existen y se fortalezcan en otros sectores adem¨¢s de? comercio", afirm¨® el comisario de Relaciones Exteriores de la CE, Willy de Clercq, en un seminario entre periodistas europeos y japoneses celebrado a principios de este mes en Berl¨ªn Oeste (RFA), en el que participaron diplom¨¢ticos y empresarios de uno y otro lado. Los japoneses miran, sin embargo, con cierta aprensi¨®n la fecha de 1992, temiendo que Europa la utilice para transformarse en una fortaleza proteccionista frente a terceros. "Nosotros vemos con buenos ojos el Mercado ¨²nico europeo siempre que no suponga una actitud de discriminaci¨®n y no choque con el esp¨ªritu de las negociaciones multilaterales iniciadas en la ronda Uruguay, en el marco del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT)", advirti¨® Kazuo Nukazawa, director gerente de la federaci¨®n de empresarios japoneses Keidanren.
Culpas repartidas
Jap¨®n sostiene que Europa no est¨¢ libre de pecado cuando critica la falta de medidas liberalizadoras que posibiliten la correcci¨®n del grave desequilibrio de m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares que existe en la balanza comercial bilateral a favor del primero. Para enderezar el fuerte d¨¦ficit, las exportaciones europeas deber¨ªan crecer a un ritmo dos veces y medio superior al de las japonesas, seg¨²n De Clercq, y eso no parece posible a corto plazo. La existencia de cuotas restrictivas en los pa¨ªses comunitarios a los productos japoneses cuestiona la sinceridad de los europeos cuando profesan su creencia en el mercado libre, opinan por su parte representantes del empresariado nip¨®n. Un pol¨ªtico europeo cont¨® recientemente a un embajador japon¨¦s un chiste que pone en entredicho la Europa sin fronteras de la que hacen gala los comunitarios. "El director general del GATT, Arthur Dunkel, va a ver a Dios y le pregunta: '?Cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ Estados Unidos en eliminar sus barreras comerciales?', a lo que Dios contesta: 'M¨¢s de lo que dure la presidencia de Reagan'. 'Y Jap¨®n, ?cu¨¢ndo abrir¨¢ completamente su mercado', interroga luego el responsable del GATT. Dios responde: 'Arthur, t¨² eres joven, pero tal vez no lo ver¨¢s en la vida'. Finalmente, Dunkel inquiere: '?Y cu¨¢ndo lo har¨¢ Europa?', a lo que Dios replica: 'Ni siquiera durante el tiempo que yo viva".
Al margen de los abundantes prejuicios rec¨ªprocos que a¨²n perviven y de que las relaciones entre las dos partes son el lado m¨¢s d¨¦bil del eje tripartito EE UU-Jap¨®n-CE, se han desvanecido los tiempos en los que De Gaulle defin¨ªa al entonces primer ministro japon¨¦s lkeda como "un vendedor de transistores", o -el Viejo Continente era visto como una simple boutique para los orientales. Sin embargo, los dirigentes japoneses se quejan de que los gobernantes europeos vayan todav¨ªa a Tokio para hablar del precio del whisky o de los semiconductores y dejen en segundo plano otros campos como el de la cooperaci¨®n pol¨ªtica o los intercambios culturales y cient¨ªficos. Los medios de comunicaci¨®n de uno y otro lado son responsables tambi¨¦n de ello, coincidieron en opinar muchos de los invitados al seminario de Berl¨ªn Oeste. En Europa suena a misterio c¨®mo puede perpetuarse en el poder el Partido Liberal Dem¨®crata japon¨¦s, con todo un complefo entramado de clanes de mafia pol¨ªtica y,de corrupci¨®n. Y en Jap¨®n no se entiende el fen¨®meno de los movimientos nacionalistas europeos y se presta m¨¢s atenci¨®n a la noticia curiosa.
El nuevo jefe del Gobierno japon¨¦s, Noburu Takeshita, visit¨® en junio pasado varias capitales europeas. Takeshita escogi¨® Londres para explicar desde all¨ª su plan para incrementar un mayor protagonismo nip¨®n en el concierto mundial, cooperando m¨¢s en las actividades de la ONU, contribuyendo al desarrollo de los pa¨ªses del Tercer Mundo y fomentando las relaciones culturales con Europa. La visita de Takeshita, pese a su significado, apenas fue resaltada por la Prensa europea, recuerdan fuentes japonesas. "Somos conscientes de que a veces los corresponsales no pueden controlar las cr¨®nicas que env¨ªan a sus redacciones, pero, por favor, hagan un esfuerzo y convenzan a sus directores para escribir cosas que no siempre sean malas sobre Jap¨®n", afirm¨® en Berl¨ªn el embajador japon¨¦s en el Reino Unido, Kazuo Chiba.
En el coloquio berlin¨¦s se lleg¨® a la conclusi¨®n de que continuar poniendo ¨¦nfasis en que todo lo japon¨¦s es distinto, at¨ªpico y especial mientras que lo europeo es universal no contribuye a mejorar las relaciones. "Vive la diff¨¦rence! Disfrutemos y exploremos dentro de nuestras diferencias culturales", afirm¨® un periodista germano occidental residente desde hace 20 a?os en Tokio. Pensar, como algunos japoneses, que nada tienen que aprender de Europa es tan equivocado como afirmar -en opini¨®n de no pocos europeos- que los nipones son s¨®lo "animales econ¨®micos". En el umbral de los noventa nadie discute la trascendencia que puede tener una Europa unida, y a¨²n menos se pone en duda la importancia que significar¨¢ el desarrollo de los pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico, con Jap¨®n a la cabeza.
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