El certamen donostiarra muestra las distintas caras del cine espa?ol
Puede que sea casual, pero el festival de San Sebasti¨¢n de este a?o est¨¢ logrando dar una imagen distinta del cine espa?ol, que ya no lo muestra escindido entre comedias tontorronas y productos de supuesta alta cultura poblados de fantasmas y represiones. Si Malavenura es un ejemplo de cine de autor, Ander eta Yul ha supuesto una feliz reaparici¨®n de los filmes con fuerte voluntad de enraizamiento con los problemas pol¨ªtico-sociales vivos, mientras que Diario de invierno es un trabajo de gran ambici¨®n que no le teme a la desmesura y que reivindica para s¨ª lo mejor de la tradici¨®n cultural del pa¨ªs.
Adem¨¢s, las dos ¨²ltimas cintas espa?olas presentadas, Bar¨®n Rouge y Remando al viento, son tambi¨¦n muy distintas entre s¨ª y en relaci¨®n con las anteriores. Bar¨®n Rouge, del debutante Rafael Mole¨®n, es un thriller en la modalidad, una sorpresa cada quince minutos, mientras que Remando al viento, dirigida por Gonzalo Su¨¢rez y presentada aqu¨ª en su versi¨®n original inglesa, es un producto internacional, que parte de la mitolog¨ªa y la realidad que envuelve a personajes cuya biograf¨ªa y obra son patrimonio universal. Byron, Shelley, Polidori y Mary Shelley son los protagonistas del filme, quiz¨¢ el m¨¢s redondo de los que se han visto hasta el momento en la selecci¨®n oficial.Su¨¢rez ha optado por un camino muy distinto del recorrido por Ken Russell o Iv¨¢n Passer, dos recientes revisitadores de aquella noche suiza de 1816, en que Mary Shelley alumbr¨® a Frankenstein. Su dos antecesores hab¨ªan optado por una iconograf¨ªa g¨®tica y por privilegiar el papel de los poetas, mientras Su¨¢rez prefiere adoptar el punto de vista de la creadora del m¨¢s cinematogr¨¢fico de los monstruos modernos y crear un mundo inspirado en la pintura rom¨¢ntica.
El buen trabajo de Gonzalo Su¨¢rez, m¨¢s constante y sostenido que en otras obras suyas, en las que hab¨ªa marcadas e innecesarias oscilaciones de tono, se ve ayudado por una producci¨®n muy cuidada. Todas las pel¨ªculas espa?olas que se han visto antes en San Sebasti¨¢n han tenido, en mayor o menor medida, problemas de sonido, hasta el punto de que, en el caso de Diario de invierno se cuestiona p¨²blicamente durante la conferencia de prensa la calidad del equipo de proyecci¨®n con que est¨¢ equipado el teatro Victoria Eugenia, que hizo incomprensibles much¨ªsimas frases de una pel¨ªcula de espl¨¦ndidos di¨¢logos.
Pero ninguno de esos problemas se hicieron patentes durante los pases de los filmes The last temptation of Christ, Stormy monday o Rowing with the wind, que ¨¦se es el t¨ªtulo original de Remando al viento. ?Cu¨¢l es la raz¨®n de ello? Al margen de las pegas que puedan merecer las salas de San Sebasti¨¢n, parece obvio pensar que las deficiencias t¨¦cnicas est¨¢n tambi¨¦n en otra parte, qui¨¦n sabe si en nuestros laboratorios, en nuestras salas de doblaje o en los procesos de mezclas.
Sorpresas
Un festival no s¨®lo depara sorpresas agradables o desagradables en relaci¨®n con las pel¨ªculas que selecciona, sino tambi¨¦n respecto a las figuras que lo visitan, las declaraciones de algunas de ellas o respecto a su capacidad de convocatoria.De esta manera, hay que rese?ar que m¨¢s de 2.000 espectadores asistieron a la marat¨®n dedicada al cine rockero en el front¨®n Anoeta; que al ministro de Cultura, se?or Sempr¨²n, los proyectos cinematogr¨¢ficos en que m¨¢s le apetecer¨ªa trabajar son: en una adaptaci¨®n de La ciudad de los prodigios, otra de El siglo de las luces y en una reconstrucci¨®n de el caso Yoyes; que Bertolucci se ha a?adido a la lista de Visitantes famosos, mientras se espera a Kim Bassinger para la clausura.
An¨¦cdotas que se alternan con el ¨¦xito de John Waters y su Hairspray, una muy divertida comedia sobre los a?os sesenta, con buenos n¨²meros musicales y una galer¨ªa de tipos extraordinaria, o con la feliz sorpresa representada por la pel¨ªcula galesa On the black hill, de Andrew Grieve.
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