En defensa del toro

Decido escribirle porque tres fotograf¨ªas publicadas en EL PA?S me hacen avergonzarme de haber nacido. La primera, un toro de fuego; la segunda, un toro que lame la mano del torero que le va a matar, y la ¨²ltima, un toro atado por los cuernos antes de ser apedreado por una multitud.Yo pido que alguien me explique ?por qu¨¦? S¨®lo entendi¨¦ndolo podr¨¦ convivir con este espanto. ?D¨®nde est¨¢ la hidalgu¨ªa, el riesgo, el coraje de uno y la fiereza del otro? Verdaderamente, no se comprende bien qui¨¦n es la fiera en este concurso con final ¨²nico. ?D¨®nde la tradici¨®n, la cultura, la grandeza, la fiesta y todas esas memeces que durante siglos han acallado las conciencias, justificando la muerte lenta y el desangrarse de un animal bajo tortura? ?Y qu¨¦ han hecho los toros, por Dios? ?Cu¨¢l ha sido su horrendo, inexplable, pecado? Pero ?sab¨¦is cu¨¢nto tarda en morir un animal lapidado o a lanzazos? ?D¨®nde est¨¢n esos alcaldes vergonzosamente ebrios y sospechosamente ciegos que permiten esas cosas? ?D¨®nde el Gobierno socialista de Espa?a, el m¨¢s joven de Europa, que no acaba de una vez con esta infamia in¨²til? ?D¨®nde el Rey, que no levanta su voz contra la ignominia? ?D¨®nde la voz de la Iglesia, que tolera en silencio esta masacre? ?D¨®nde la conciencia de cada espa?ol de bien? Y no quiero entrar en pol¨¦mica con los fan¨¢ticos del espanto. Este tema no es discutible, no es discutible hacer de la muerte una fiesta; ser¨ªa como sentarse con los del Ku-Klux-Klan para decidir si es l¨ªcito o no matar negros.

?Es que la nuestra es una sociedad enferma, irrecuperable? En fin, se?or director, gracias por leer esta carta; le felicito por su peri¨®dico, que es una maravilla. Sobre lo que le escribo, ay¨²denos a los que amamos la vida; a m¨ª ya no me quedan palabras, s¨®lo me quedan l¨¢grimas.- Isabel Pisano.