Caf¨¦ para todos
El editorial del 24 de septiembre titulado Caf¨¦ para todos, que trata acerca de la escuela, da muestras de alguna carencia de conocimientos respecto a las cuestiones de las que habla. Viene a decir el editorialista que hay profesores buenos y profesores malos y que, de acuerdo con las leyes del mercado, cada profesor debe ser tratado salarialmente seg¨²n sea su eficacia docente. Tampoco quiero juzgar los valores morales burgueses que definen al editorialista, aunque me defender¨ªa si trataran de hacerme tragar esos criterios de competencia salvaje en mis relaciones laborales. Lo que me hace protestar es la suposici¨®n de que existen profesores "que se limitan a entrar en clase, si es que lo hacen as¨ª".Deber¨ªa saber el experto en educaci¨®n de EL PA?S que existe una inspecci¨®n educativa y un control del profesorado no poco riguroso, de modo que los profesores que no cumplen sus obligaciones son castigados como corresponde.
Es una evidencia, por otra parte, que unos profesores trabajan m¨¢s que otros. Pero por el momento a nadie se le ha ocurrido (a nadie que no sea la patronal, cla-
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ro) proponer convenios laborales que diferencien a los trabajadores por la mayor o menor capacidad f¨ªsica o mental de cada uno.
Hay que diferenciar en esta cuesti¨®n entre el trabajo voluntario y el trabajo obligatorio. Muchos profesores hacen un trabajo voluntario que ni est¨¢ reglado ni recibe gratificaci¨®n material alguna. Pero este trabajo, por definici¨®n, no se le puede exigir a todo el mundo. A los profesores se nos van quitando las ganas para hacer trabajos voluntarios, no a causa de los alumnos, sino de sus padres, de sus gobernantes y de sus mentores, que nos consideran poco menos que m¨¢quinas inservibles.
Finalmente una palabra acerca de la escuela p¨²blica y su calidad en lo que se refiere a los profesores: recordar que a nosotros no se nos selecciona por acatar idearios o llevar trajes talares, sino a trav¨¦s de oposiciones p¨²blicas o de baremos objetivos.- Profesor de bachillerato.
Pasmante el editorial Caf¨¦ para todos para tocar un problema candente como es el de la educaci¨®n en Espa?a. Perm¨ªtame puntualizarles:
1. Su dato estad¨ªstico de 63% y 66% para certificar el escozor de la sociedad con la escuela p¨²blica no parece v¨¢lido, pues preg¨²ntense si tales conclusiones convienen o no a la educaci¨®n y si lo que importa preguntar a la poblaci¨®n es sobre la voluntad general de arreglo de la escuela p¨²blica y qui¨¦nes deben aportarla.
2. Menos mal que reconocen que se paga poco al profesorado y que ello no es bueno para entrar con ilusi¨®n al trabajo diario, pero se equivocan al poner en el otro platillo de la balanza las aspiraciones de alumnos y sociedad como si tales fueran los enemigos del ring. Se?ores, todos somos sociedad.
3. Pero cuando parecen cometer el mayor desliz es al referirse al igualitarismo retributivo, con un desenfoque de bulto. En este caso se mezclan problemas econ¨®micos con profesionales; es decir, las soluciones a los controles de los distintos rendimientos de los centros educativos no son de ¨ªndole econ¨®mica, sino profesional, con el concurso de las relaciones de las administraciones educativas con los grupos sociales implicados.
5. Por ¨²ltimo, y para remate, se meten con lo del cuerpo ¨²nico de ense?antes y vuelven a desenfocar; se?ores, ustedes parecen resistirse a reconocer que los profesionales de la educaci¨®n ofrecen calidad en la medida que no sean edulcorados por la sociedad como guardeses de sus peques y chavales, o a¨²n m¨¢s grandes, cosa ya sabida cient¨ªficamente desde hace m¨¢s de 50 a?os.- Juan Antonio Arroyo D¨ªaz. Colmenar Viejo, Madrid.
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