La fuerza de la gravedad
Termin¨® la fiesta, se agotaron todos los apoyos en los que se hab¨ªa fraguado y lleg¨® el momento de ajustar los precios a la realidad. El ascenso ha servido para que el mercado se tomara un respiro, ha repartido plusval¨ªas entre los que se retiraron a tiempo y ha elevado el techo del ¨ªndice por encima del 280%. El coste se lo reparten, como siempre, los que quedaron atrapados.La falta de solidez de la escalada es, para muchos, una raz¨®n m¨¢s que suficiente para el ajuste que comenz¨® ayer. Los m¨¢s optimistas quieren ver s¨®lo un descanso despu¨¦s de la aceleraci¨®n pasada. No llegaron a tiempo los nuevos motores para tomar el relevo despu¨¦s de que bancos, dinero extranjero, OPAS, fin de trimestre y operaciones a cr¨¦dito hab¨ªan quedado -uno tras otro- exhaustos.
El empuje del grupo bancario se agot¨® antes de que se cerraran las operaciones por caja. Al principio de la ma?ana todos pensaban subir, pero no fue as¨ª. El papel pes¨® m¨¢s y forz¨® las repeticiones de cuatro de los siete grandes; aunque la mejor¨ªa a contrapelo del resto lim¨® el recorte del ¨ªndice.
Los nervios acompa?aron a la sesi¨®n desde los primeros corros, que, una vez m¨¢s, vieron como se reduc¨ªa el volumen que en ellos se negociaba hasta el l¨ªmite m¨ªnimo para fijar un cambio. Y, como siempre, con el nerviosismo los rumores cambiaron de tono. Los inversores extranjeros ahora quer¨ªan vender, las operaciones a cr¨¦dito tambi¨¦n eran a la venta, volvieron los rumores de un mal IPC para el mes de septiembre -cifrado en m¨¢s de medio punto- y la posibilidad de que llegue acompa?ado de un nuevo endurecimiento monetario. Volvi¨®, en suma, el ambiente bajista.
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