Un terrorista en el banquillo
La justicia y el Gobierno de la RFA, empe?ados en el proceso contra el liban¨¦s Mohamed Hamadei
De pronto le colocaba en la nuca su pistola Beretta de nueve mil¨ªmetros, pero a veces le ped¨ªa que le tararease la canci¨®n infantil alemana Hazme un pastel. Pasaba bruscamente "de una gran violencia a un comportamiento muy humano". As¨ª recordaba a su secuestrador, ante el tribunal penal de menores de Francfort, Ulrike Derick son, la azafata norteamericana de origen alem¨¢n apresada con 153 pasajeros por el terrorista liban¨¦s Mohamed Hamadei.
Para juzgar desde julio hasta diciembre a esta figura emblem¨¢tica del terrorismo internacional, se han gastado 900 millones de pesetas en transformar una cantina de la c¨¢rcel de Preungesheim en audiencia con las m¨¢s modernas medidas de seguridad.Adem¨¢s de ser el preso preventivo que m¨¢s caro ha resultado a la Hacienda alemana occidental, Hamadei es tambi¨¦n el que m¨¢s quebraderos de cabeza ha causado al ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher. El Gobierno de Bonn tuvo primero que negar su extradici¨®n a EE UU y entablar despu¨¦s un discreto di¨¢logo con Ir¨¢n y Siria para conseguir que fuesen liberados en Beirut los dos rehenes alemanes Rudolf Cordes y Alfred Schmidt, capturados inmediatamente despu¨¦s de la detenci¨®n del terrorista por la polic¨ªa alemana (BKA).
Inmortalizado por una fotograf¨ªa que dio la vuelta al mundo, en la que apunta con su pistola a la cabeza del comandante John Testrake, que sobresale de la ventanilla de la cabina del avi¨®n norteamericano Boeing 727, inmovilizado en la pista de] aeropuerto de Beirut, Hamadei era hasta entonces un desconocido s¨®lo fichado por la BKA como "elemento sospechoso" durante los dos a?os que residi¨® en la localidad alemana de Sarrelouis.
El 14 de junio de 1985 va a pasar al elenco de la pirater¨ªa a¨¦rea cuando, con un c¨®mplice liban¨¦s, identificado como Hasan Iz Dine, embarca en Atenas a bordo del vuelo 847 de la TWA con destino a Roma y lo desv¨ªa a Argel y a Beirut con 153 personas a bordo, de los que, tras sucesivas liberaciones -y un asesinato, 39 norteamericanos vivir¨¢n un calvario de 17 d¨ªas, el segundo secuestro a¨¦reo m¨¢s largo de la historia. Hasta esa fecha, la vida de Hamadei es como la de muchos j¨®venes libaneses cuyas aspiraciones han sido trastocadas por la contienda civil. Nacido hace 20 o 24 a?os -su edad exacta no ha podido ser determinada- en una familia shi¨ª de 11 hijos emigrada del Sur a la barriada beirut¨ª de Burj el Barajn¨¦, el peque?o Mohamed ir¨¢ al colegio durante nueve a?os y empezar¨¢ el aprendizaje del oficio de carpintero hasta pasarse a las filas de la milicia Amal en v¨ªsperas de la invasi¨®n israel¨ª de 1982.
Intento de suicidio
Beirut cae en septiembre, y Mohamed, decepcionado, abandona su militancia y L¨ªbano. Se instala en casa de su hermano Abas, en Sarrelouis. Bebe, intenta suicidarse y finalmente convive con Birgit M¨¹ller, con la que tendr¨¢ una hija en 1984, Lydia, y casi una suegra, porque la madre de Birgit explic¨® al tribunal que no le hubiese disgustado que Hamadei fuese su yerno, dado que era un "buen chico".
"Esa vida que condena el Cor¨¢n", seg¨²n la expresi¨®n del acusado, ser¨¢ de corta duraci¨®n. La nostalgia le vence y ese mismo a?o regresa a un Beirut donde el integrismo isl¨¢mico est¨¢ en pleno auge y, explica, le propina un choque". "Vi sufrir al pueblo liban¨¦s y vi tambi¨¦n que la religi¨®n luchaba contra la opresi¨®n para la libertad y la paz", y esta convicci¨®n debi¨® quedar reforzada tras una peregrinaci¨®n a La Meca y una breve estancia en Ir¨¢n en 1985.
Acaso estimulado por su visita a Teher¨¢n, Mashad y Qom, la ciudad santa donde reside el ayatol¨¢ Jomeini, Hamadei decide pasar a la acci¨®n. En las c¨¢rceles del Estado jud¨ªo hab¨ªa entonces m¨¢s de 700 presos de su confesi¨®n, y, declarar¨¢ en ¨¢rabe ante el tribunal: "Como nadie se preocupaba de estos prisioneros torturados en las mazmorras israel¨ªes, pens¨¦ que la ¨²nica posibilidad de sacarles era secuestrar un avi¨®n". "La elecci¨®n de una compa?¨ªa norteamericana era evidente: EE UU es el m¨¢s fiel aliado de Israel". En el banquillo, despu¨¦s de haber utilizado todos los artilugios jur¨ªdicos a su alcance para entorpecer su juicio, Hamadei hizo el und¨¦cimo d¨ªa esta inesperada confesi¨®n ante el tribunal, reconociendo todos los cargos que se le imputan, incluida la introducci¨®n en la RFA de un explosivo compuesto de nitrato de metileno con el que fue detenido, pero con la salvedad del asesinato del submarinista de la Marina norteamericana Robert Dean Stethem el 15 de junio, en Beirut, a las dos y media de la tarde.
"Tenemos", afirm¨® el presidente del tribunal, Heiner M¨¹kenberger, "todo el tiempo necesario para conseguir que se manifieste la verdad", y est¨¢ previsto que el juicio dure como m¨ªnimo hasta diciembre.
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