MOC
Van a empezar a caer como peras maduras. Los objetores, digo. Los muchachos llamados a filas que se van a negar a incorporarse al juego obligatorio del fusil, el taconazo marcial y la media vuelta. El primero ha sido Laureano Herrero, pero en los pr¨®ximos meses vendr¨¢n muchos otros. Unos 1.500, m¨¢s o menos.Desde que comenzaron su batalla, los del Movimiento de Objetores de Conciencia (MOC) han presentado una declaraci¨®n com¨²n. En ella se niegan al servicio sustitutorio y a especificar sus motivos de objeci¨®n. Los del MOC son antimilitaristas; abogan, en ¨²ltima y muy optimista instancia, por un mundo sin ej¨¦rcitos. Y en cualquier caso consideran que los militares no tienen derecho moral alguno a poseer un a?o de sus vidas. Delicado conflicto ¨¦ste, entre los que hablan del servicio a la patria y los que lo consideran una suerte de esclavitud parcial y legislada. Sea como fuere, al principio esa declaraci¨®n fue aceptada por las autoridades, y 10.000 moc se convirtieron en objetores oficiales. Pero ahora ya no se admite, y cientos de muchachos del MOC han visto sus papeles rechazados. Para ellos sonar¨¢ la corneta en los pr¨®ximos meses. Y se negar¨¢n a contestar.
Se arriesgan a dar con sus huesos en la c¨¢rcel. Como en la c¨¢rcel est¨¢ Jos¨¦ Manuel Fierro, que se declar¨® objetor tras incorporarse a filas. Puede caerle un marr¨®n (o un caqui) de seis a?os de condena. Algunos medios intentan presentar a los j¨®venes del MOC como unos vagos. Como unos galopines perdularios que no quieren ir a la mili por pura comodidad y caradura. Es ¨¦sta una versi¨®n notoriamente idiota: se est¨¦ o no de acuerdo con la ideolog¨ªa de los moc, de lo que no cabe duda es de que la tienen; y de que por sostener su posici¨®n afrontan un futuro turbio e incomod¨ªsimo.
Ah¨ª est¨¢n; son numerosos y van a dar mucho que hablar pr¨®ximamente. El tema del servicio militar, accidentes y suicidios incluidos, es un debate abierto en nuestro pa¨ªs, un asunto hondo y grave. Y no se arregla enviando a los objetores a la c¨¢rcel.
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