'L'himme'

ENVIADO ESPECIALLa ¨²ltima corrida de feria tuvo por pr¨®logo l'Himne. L'Himne es -a los valencianos no hace falta dec¨ªrselo, naturalmente el himno que compuso el maestro Serrano para la Exposici¨®n Regional de 1909, ahora motivo de pol¨¦mica, por su letra. Sin embargo ayer sonaba emocionante en la plaza, con el p¨²blico puesto en pie.

Los toreros hab¨ªan desfilado sin el acompa?amiento del Pan y toros tradicional. Se quedaron plantados bajo la presidencia, y s¨®lo V¨ªctor Mendes volv¨ªa la cabeza para contemplar a la banda La Primitiva, de Liria, que interpretaba I'Himne con verdadera solemnidad. El p¨²blico subrayaba con aplausos los compases m¨¢s conocidos, y debiera haber cantado tambi¨¦n, porque irremediablemente se. le escapaba el tarareo -un tap¨ªs de murta i de roses Mes... per a ofrenar...-, sobre todo el colof¨®n triunfal del visca Valensia!

Una gran senyera y la leyenda del 750 aniversario de la entrada de Jaime I adornaban el ruedo, pues la corrida de ayer era precisamente la conmemorativa del acontecimiento hist¨®rico. Quitaron los adornos, claro, porque corr¨ªan riesgo de tropezar las cuadrillas (y de com¨¦rselos el toro), y ya en su estado natural la arena, los auspicios eran inmejorables.

La realidad fue distinta, en cambio, y cruda; muy cruda. Se supo cu¨¢ndo hab¨ªa empezado la corrida, pero no cuando habr¨ªa de terminar. Aquello no se acababa nunca. Apareci¨® un torazo impecablemente astifino y luego result¨® que estaba inv¨¢lido. V¨ªctor Mendes le dio los pases que pudo, entre batacazos. El tercero cojeaba de lo mismo y ese fue devuelto, pero como no consiguieron llevarlo al corral, lo apuntillaron desde un burladero. El sobrero a¨²n era m¨¢s inv¨¢lido, y tan manso, que a los cuatro derechazos escap¨® de la muleta de Mendes y cruz¨® el ruedo para aquerenciarse en las tablas del lado opuesto.

Otro inv¨¢lido el quinto, Victor Mendes consigui¨® enderezarlo, ci?¨® redondos y se entusiasm¨® tanto con la tarea y la efem¨¦rides, que daba un pase por cada a?o transcurrido desde que entr¨® en Valencia el rey conquistador. El Soro fue menos fastuoso y dio uno por cada a?o transcurrido desde que eligieron a Lerma. Es decir, muy pocos. Ten¨ªa motivo: sus toros presentaban dificultades. Banderillearon ambos diestros, en general con acierto y sin mayores esplendores, si bien Mendes reun¨ªa los pares con exposici¨®n de su baqueteado cuerpo. Mendes, que lleva un mal a?o de golpes y ca¨ªdas, apareci¨® con un ojo a la virul¨¦. De noche cerrada, cabizbajos los diestros, arrojando almohadillas el p¨²blico, concluy¨® la patri¨®tica corrida que se auspiciaba triunfal.