La Prensa y el KGB
P. B., Las "buenas relaciones" entre el Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB) y la Prensa sovi¨¦tica son "¨²tiles y necesarias" en una "sociedad democr¨¢tica", afirma Vitali Korotich, que en m¨¢s de una ocasi¨®n ha publicado materiales cr¨ªticos sobre los abusos policiales en la URSS.
Piensa Korotich que el KGB debe estar sometido al control social, y opina que "los contactos de un sopl¨®n con el KGB son vergonzosos, pero los contactos informativos -con fuentes de all¨ª hacia aqu¨ª y no al rev¨¦s- son extremadamente necesarios para un periodista". Recientemente, Ogoniok ofreci¨® un reportaje sobre el fascismo ruso confeccionado sobre la base de una investigaci¨®n particular de la autora. "En una sociedad normal hubi¨¦ramos debido pedir al KGB el informe sobre los fascistas y recibir un material interesante".
Korotich dice haberse dirigido hace dos meses a Victor Chebrikov, por entonces presidente del KGB, pidi¨¦ndole, con numerosas cartas de los lectores en la mano, que contara c¨®mo viven los miembros de la organizaci¨®n. Chebrikov prometi¨® una entrevista para finales de octubre. Korotich quer¨ªa que el alto funcionario contara d¨®nde se fusilaba a los represaliados en tiempos de Stalin; entre tanto, Chebrikov fue transferido a otras funciones, y Korotich se qued¨¦ sin la entrevista.
Al director de Ogoniok han querido enviarle hace poco a un exilio de lujo como la Unesco. Hoy, el periodista dice sentirse "seguro como nunca" en su silla, ya que si se derrumban Ogoniok o Gorbachov "ser¨¢ una cat¨¢strofe del sistema, y no una cat¨¢strofe individual".
Accidentes y dolores
Korotich parece sentirse seguro tambi¨¦n en su piel despu¨¦s del accidente automovil¨ªstico que sufri¨® despu¨¦s de la 19? Conferencia del PCUS. Entonces se habl¨® de un atentado, pero el periodista no da importancia al caso. "Apartar a un individuo de la escena pol¨ªtica no requiere mucho teatro. El ejemplo de Jruschov muestra que en un pa¨ªs sin democracia se puede apartar a alguien del poder de forma sigilosa, sin disparos ni choques automovil¨ªsticos. Recibo an¨®nimos y amenazas. No puedo hablar de un atentado cuando un cami¨®n golpea mi coche o cuando me duele el est¨®mago despu¨¦s de comer. Puede que tan s¨®lo me haya sentado mal la comida de la cantina".
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