?Hay demasiadas oficinas bancarias?
"En ning¨²n otro pa¨ªs hay tantas oficinas bancarias como en Espa?a". "Ya ha llegado el momento de cerrar oficinas". "Despilfarramos recursos". "Tantas oficinas har¨¢n quebrar la banca". Estas y otras frases parecidas han sido la letan¨ªa repetida a lo largo de los 12 ¨²ltimos a?os, per¨ªodo en que La Caixa y Grup Caixa han abierto m¨¢s de 1.000 nuevas oficinas (*).Con las estad¨ªsticas en la mano, esta sobresaturaci¨®n espa?ola era un axioma. Sin embargo, la intervenci¨®n de Miguel Boyer en unas jornadas de Euromoney, en Sevilla, introdujo una primera duda en este dogma. Su conclusi¨®n pareci¨® ser que en Espa?a hab¨ªa realmente demasiadas oficinas en comparaci¨®n con el resto de pa¨ªses occidentales, pero se daba la circunstancia que estas oficinas eran muy peque?as (con menos empleados).
M¨¢s recientemente, la noticia de que el Gobierno estaba preparando un decreto para liberalizar la expansi¨®n de las cajas de ahorro reaviv¨® el popular comentario de que en Espa?a existe una saturaci¨®n de oficinas. Y mucha gente volvi¨® a preguntarse: ?para qu¨¦ abrir' nuevas oficinas si ya tenemos m¨¢s que en otros pa¨ªses? De ese comentario a la conclusi¨®n de que existen demasiadas sucursales bancarias va un' paso muy corto.
Cuando se analiza este fen¨®meno con las estad¨ªsticas en la mano, las cifras no hacen m¨¢s que ratificar esa sensaci¨®n. Espa?a es el pa¨ªs que cuenta con m¨¢s oficinas bancarias (bancos, cajas de ahorro, cajas rurales y cooperativas de cr¨¦dito) por cada 10.000 habitantes. La cifra es de 8,5. Alemania se le acerca mucho, con 7,3, mientras que Francia y el Reino Unido tienen alrededor de 4, e Italia s¨®lo cuenta con 2,4 oficinas por cada 10.060 habitantes.
Aparentemente, un mayor n¨²mero de oficinas supone dar un mejor servicio a los clientes, pero esta es una observaci¨®n muy superficial. Lo que que se entiende por servicio bancario est¨¢ variando constantemente. Hace menos de cinco a?os el principal servicio bancario eran las imposiciones y los reintegros de los clientes, y en ellos se empleaba a la mayor parte del personal. Hoy, los cajeros autom¨¢ticos han desvirtuado parcialmente esa situaci¨®n.
Cuando se pregunta a los clientes por qu¨¦ eligen una oficina en lugar de otra, citan estas condiciones: la proximidad al domicilio o lugar de trabajo y la amabilidad o buen trato. S¨®lo en lugares posteriores aparecen circunstancias relativas a rentabilidad, garant¨ªa, etc¨¦tera. En consecuencia, la oficina o el local donde se ofrecen los servicios financieros no es por s¨ª sola significativa como elemento de comparaci¨®n.
La mejora del servicio
Se podr¨ªa discutir hasta el infinito si un banco da mejor servicio a trav¨¦s de una oficina con 30 empleados o a trav¨¦s de cinco oficinas con seis empleados cada una. Como se ver¨¢, la banca italiana parece que se inclina por la primera soluci¨®n, y la banca espa?ola, por la segunda.
Sin embargo, no hemos de olvidar que cuando se habla de oficinas, nos referimos a locales abiertos al p¨²blico, por lo que se trata de unidades muy heterog¨¦neas. Una oficina importante en una gran capital puede tener hasta 100 empleados, mientras que una oficina rural puede contar con menos de un empleado cuando abre dos horas al d¨ªa o un d¨ªa por semana. Llevando el razonamiento al l¨ªmite, en Norteam¨¦rica hay Estados, como Illinois, en donde la ley ¨²nicamente permite a los bancos tener una oficina. El First National Bank of Chicago o el Continental Bank, por poner dos ejemplos significativos, cuentan con sendas oficinas ¨²nicas, pero cada una de ellas tiene decenas de miles de empleados. En el extremo contrar¨ªo estar¨ªa Espa?a, donde existen cajas rurales que cuentan con una veintena de oficinas, pero cuya plantilla total no alcanza los 50 empleados. Es evidente, por tanto, que en estas comparaciones internacionales posiblemente no se est¨¢ hablando del mismo tema.
Por tanto, es conveniente dar un paso m¨¢s y estudiar si cuando se habla de oficinas se est¨¢n analizando unidades homog¨¦neas en todos los pa¨ªses. Para ello, la forma m¨¢s sencilla es el estudio del n¨²mero medio de empleados que tiene una oficina bancaria en los distintos pa¨ªses. Al realizar dichos an¨¢lisis, se ve claramente que Espa?a es el pa¨ªs de Europa con menos empleados por oficina, con un promedio de algo m¨¢s de siete. En Alemania y Francia, esa cifra se duplica y llega a cerca de 14, mientras que las sucursales bancarias de Italia, el Reino Unido y Estados Unidos cuentan con unos 21 empleados.
Posiblemente, intentar llegar a una conclusi¨®n sobre si hay muchas o pocas oficinas bancarias en un pa¨ªs podr¨ªa conducirnos a equ¨ªvocos, ya que la diversidad de dimensiones entre agencias desvirt¨²a la comparaci¨®n.
Aunque imperfecto, un mejor par¨¢metro de comparaci¨®n de los recursos dedicados al servicio bancario y financiero no es el n¨²mero de oficinas por cada 10.000 habitantes, sino el n¨²mero de empleados por 1.000 habitantes. Cuando consideramos este punto, vemos que todas las cifras anteriores, tanto de oficinas como de empleados por oficina, que parec¨ªan muy heterog¨¦neas, se convierten en homog¨¦neas.
As¨ª, en Italia y Espa?a el n¨²mero de empleados por cada 1.000 habitantes es de unos seis; en Francia, Reino Unido y Estados unidos la cifra se eleva a ocho, y en la Rep¨²blica Federal de Alemania llega hasta cerca de 10. Estos datos, que tienen en cuenta tanto el n¨²mero de oficinas como el de empleados, parecen mucho m¨¢s adecuados para juzgar si existe una saturaci¨®n excesiva de servicios bancarios en un pa¨ªs.
Las diferencias de tama?o
Italia y Espa?a no parecen sufrir una saturaci¨®n de servicios bancarios. Estos dos pa¨ªses dedican solamente seis empleados por 1.000 habitantes a estos servicios, lo que supone alrededor del 80% de lo que dedica Francia, un 70% de lo que destina el Reino Unido y un 60% de lo que asigna la Rep¨²blica Federal Alemana.
No es f¨¢cil, pues, extraer conclusiones sobre si los servicios bancarios espa?oles, realizados a trav¨¦s de un gran n¨²mero de oficinas muy peque?as, son mejores o peores que los servicios que est¨¢ ofreciendo Italia, con un n¨²mero bastante menor de oficinas, pero de mayor tama?o.
?Y cu¨¢les han sido las causas que han provocado esta gran diferencia entre el tama?o de las oficinas de los diversos pa¨ªses europeos? Una posible explicaci¨®n del gran n¨²mero de oficinas de pocos empleados para el caso de Espa?a es que solamente a partir del a?o 1974, para los bancos, y de 1975, para las cajas, se les permiti¨® abrir oficinas libremente. En esa ¨¦poca los servicios inform¨¢ticos estaban ya relativamente desarrollados, lo que permiti¨® la apertura de numerosos puntos de venta.
Adem¨¢s, en aquellos primeros a?os de la libertad de expansi¨®n exist¨ªa un cierto temor a que esta libertad pudiera verse limitada, y ello hizo que las entidades financieras abrieran muchas oficinas, con escaso personal, a fin de que la nueva decisi¨®n quedara establecida como un hecho consumado. Estas dos causas combinadas -el permiso para abrir oficinas libremente y el temor de que la expansi¨®n pudiera verse recortada- podr¨ªan darnos la explicaci¨®n de por qu¨¦ la situaci¨®n espa?ola es tan distinta a la del resto de Occidente.
De los anteriores comentarios puede llegarse a una conclusi¨®n: Espa?a no est¨¢ excesivamente saturada de servicios bancarios en comparaci¨®n con los pa¨ªses occidentales, sino, m¨¢s bien, al contrario. Por tanto, no debe existir un temor exagerado a que un aumento de estos servicios coloque al sector financiero espa?ol en una posici¨®n de despilfarro de recursos.
*Todas las cifras que se manejan en este estudio corresponden al 31 de diciembre de 1986, y se refieren a los bancos, cajas de ahorro y cooperativas de cr¨¦dito. En Espa?a se incluyen las cajas rurales en este ¨²ltimo concepto; en el Reino Unido, las building societies, y en Alemania, los bancos hipotecarios.
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