As¨ª le encontr¨¦
La periodista de la agencia Efe Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢ez Carrasco, la primera persona que vio a Emiliano Revilla tras ser liberado en las proximidades de su domicilio, narra c¨®mo se produjo el encuentro:
"Eran las 2.05 de la madrugada [del domingo] y, como muchas otras noches, me encontraba sentada en mi Simca 1200 en la puerta del edificio donde vive la familia Revilla. Hac¨ªa buena noche. Yo me entreten¨ªa tomando un batido, cuando mir¨¦ por el parabrisas distra¨ªdamente y me dio un salto el coraz¨®n. Emiliano Revilla estaba all¨ª. Me frot¨¦ los ojos. Volv¨ª a mirar fijamente y confirm¨¦ que era ¨¦l".
"Revilla atravesaba el paso de peatones y se dirigi¨® al portal de su casa donde hizo el t¨ªpico adem¨¢n de quien busca las llaves de su casa".
"Para m¨ª ya no exist¨ªa duda. Me acerqu¨¦ y le pregunt¨¦ si era familiar de Emiliano Revilla. Me mir¨® y me pregunt¨® qui¨¦n era. Cuando me identifiqu¨¦, me abraz¨®. El di¨¢logo fue m¨¢s o menos as¨ª:
- Perdone que le moleste, buenas noches, ?es usted familia de Emiliano Revilla?
- S¨ª, ?qui¨¦n eres?
- Me llamo Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢ez, soy periodista, y estaba deseando que llegara este momento".
"Su lucidez era completa. En seguida comenz¨® a contarme peque?os detalles de su secuestro. Apunt¨¢ndose a s¨ª mismo con el dedo ¨ªndice me dec¨ªa: 'mira lo bien que estoy'.
"Su estado fisico era excelente as¨ª como su estado ps¨ªquico, al menos aparentemente. Bien vestido, lo que m¨¢s me llamaba la atenci¨®n era su sonrisa contin¨²a y plena. Le acompa?¨¦ a una cabina telef¨®nica en donde nos pusimos en contacto con su familia. La llamada la hice yo misma y el tel¨¦fono comunicaba. Emiliano me dio otro n¨²mero en el que contest¨® su yerno, Jes¨²s Alvarez".
"En pocos minutos, Jes¨²s ?lvarez acudi¨® al lugar. Al principio, cuando se encontraba a unos 50 metros, andaba pausadamente. Emiliano, a esa distancia dud¨® de si era su yerno". "Pero, bueno, Dios m¨ªo...", fueron las ¨²nicas palabras que supo decir Jes¨²s antes de abrazarse con su suegro.
"Jes¨²s llam¨® entonces a su esposa, Margarita, nos acercamos al domicilio y entramos por la puerta del garaje. All¨ª esperaba Margarita que abraz¨® a su padre y se cogi¨® de su brazo para dirigirse al ascensor. Emiliano Revilla ya estaba en casa".
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