El poder de los rabinos
Tres partidos religiosos mantienen paralelamente negociaciones con el Likud y con los laboristas
"Shamir no est¨¢ muy seguro de haber ganado, pero est¨¢ feliz de ver que Peres ha perdido", asegura un diputado laborista. En el cuartel general del Likud, en Tel Aviv, la satisfacci¨®n era general. No s¨®lo se ha conseguido derrotar a los laboristas en los resultados finales -39 diputados contra 38-, sino que hay la absoluta seguridad de poder formar Gobierno. El Likud cuenta especialmente con el apoyo de los partidos religiosos, que han conseguido en la Kneset (Parlamento) 18 diputados, la mayor cifra desde el nacimiento del Estado de Israel hace 40 a?os.
A partir del momento de la publicaci¨®n de los resultados de las elecciones, en la noche del martes al mi¨¦rcoles, el actual primer ministro, el conservador Isaac Shamir, anunci¨® su intenci¨®n de formar Gobierno con los partidos religiosos y las peque?as formaciones ultranacionalistas que se hallan a la derecha de su partido, el Likud.Sin embargo, si se analiza el resultado de las elecciones israel¨ªes, la izquierda, contando a los laboristas m¨¢s los partidos sionistas de izquierda y de centro, cuanta con un mayor n¨²mero de diputados (48) que el lado llamado nacional, es decir el Likud y sus aliados, que no aglutinan a m¨¢s de 46 diputados.
Si Peres quisiera contar en el campo de la izquierda con los diputados comunistas (5), los del Partido ?rabe Democr¨¢tico (1) y los de la Lista Progresista por la Paz (2) -a lo que se niega rotundamente- podr¨ªa reunir un bloque de 56 diputados. Pero los representantes elegidos por la izquierda que se proclama antisionista, tan s¨®lo pueden ser ¨²tiles para intentar bloquear la formaci¨®n de un Gobierno conservador liderado por el Likud. Esta es la tesis tradicional del laborismo y Peres no se atreve a pedir el apoyo de la izquierda para una coalic¨ª¨®n.
Likud y grupos religiosos
De todos modos sus votos tampoco son suficientes para impedir una coalici¨®n de los conservadores del Likud con los grupos religiosos. Sin embargo, ?los partidos religiosos estan realmente en el bolsillo del Likud de Shamir?. La verdad es que no est¨¢ tan seguro como parece. De hecho, el mi¨¦rcoles por la ma?ana tres partidos religiosos, el Shas, el Agudat Israel y el Deguel Hatora, que juntos han conseguido 13 diputados, comenzaron a negociar paralelamente con el partido laborista de Peres, y est¨¢n decididos a seguir negociando. 'La puerta no est¨¢ cerrada, sino todo lo contrario", asegura el rabino Isaac Peretz, l¨ªder del partido Shas.
La clave est¨¢ en si los partidos ortodoxos aceptar¨¢n los puntos cruciales de la plataforma pol¨ªtica laborista, es decir, territorios a cambio de paz y negociaciones, en el marco de una conferencia internacional. Seg¨²n fuentes bien informadas, dos de los tres partidos religiosos -el Shas y el Degel Hatora que suman ocho diputadosno se hallan muy alejados de las tesis laboristas.
Segundo problema: ?hasta d¨®nde Sim¨®n Peres y sus alidos pueden ir en las concesiortes a los partidos religiosos?. El rabino Aabraham Shapiro, l¨ªder del partido Agudat Israel (que cuenta con cinco diputados) ya ha formulado sus exigencias. Nada de cine ni f¨²tbol los s¨¢bados, y una redefinici¨®n en el sentido ortodoxo del concepto ?quien es jud¨ªo?.
Esta ¨²ltima cuesti¨®n es la que m¨¢s problemas plantea, ya que se enfrenta a la concepci¨®n sobre el judaismo preconizada por los l¨ªderes del judaismo norteamericano, en su mayor¨ªa no ortodoxo, que se halla en la base del acuerdo entre el judaismo norteamericano y de los jud¨ªos de Israel. En este sentido numerosos l¨ªderes laboristas se oponen a cualquier concesi¨®n de importancia a los partidos religiosos y prefieren "una cura de oposici¨®n a una imperdonable traici¨®n a nuestros principios y a la p¨¦rdida de nuestro honor", como ha asegurado el secretario general del Partido Laborista, Ouzi Baram.
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