Antonio Manuel Hespanha
Bajo el signo de los oc¨¦anos ib¨¦ricos
La lengua japonesa tiene vocablos que proceden del portugu¨¦s, como pan (de p?o), arigato (gracias, de obrigado) o castelo (claras a punto de nieve, de ovos em castelo). Son huellas de la presencia de Portugal en Asia a partir del siglo XVI, presencia que Antonio M. Hespanha, un profesor de Historia de la Universidad Nova de Lisboa, dotado con una personalidad desbordante, analiz¨® en sus clases en Aventura 92, la reciente expedici¨®n mar¨ªtima a las Antillas con 400 escolares espa?oles y americanos.
Hespanha, de 43 a?os, subi¨® al buque J. J. Sister cargado de libros, diapositivas y cintas, y lo inund¨® todo con su sentido del humor. El profesor, que considera muy positivo que los alumnos de Aventura 92, todos entre 15 y 17 a?os, recibieran por ¨¦l noticias de otro imperio distinto del espa?ol, ilustr¨® sus clases sobre Los oc¨¦anos ib¨¦ricos con diapositivas y m¨²sica portuguesa, brasile?a o asi¨¢tica, y las ali?¨® con sus historias sobre el lado oculto de las epopeyas: c¨®mo se consegu¨ªa que marineros con escasa vocaci¨®n de Jazer descobrimentos distinguieran babor de estribor, o aquellos sombreritos negros de los lusitanos que tanto asombraban a los artesanos indios."En la expansi¨®n europea, el robo, la violencia se mezclan con el antih¨¦roe, y hay que mostrar las dos caras", opina Hespanha, para quien uno de los riesgos principales que hay que evitar en las conmemoraciones hist¨®ricas es la sacralizaci¨®n del presente.
Nacido en Coimbra, estudi¨® y ense?¨® Derecho por tradici¨®n familiar, pero ahora es profesor de Historia de las Instituciones Modernas Portuguesas en el departamento de Historia de la Universidad Nova de Lisboa. Buen dibujante y acuarelista, conoce, adem¨¢s del portugu¨¦s, franc¨¦s, espa?ol, alem¨¢n, italiano e ingl¨¦s, habilidades que atribuye en parte a un sistema escolar que incluye hasta tres idiomas extranjeros.
Este pedagogo nato tuvo su tentaci¨®n pol¨ªtica tras la revoluci¨®n portuguesa de abril de 1974, "en la fase m¨¢s caliente, con Vasco Gon?alves", y cay¨® en ella. Durante seis meses, como director general de Ense?anza Superior, luch¨® por una Universidad abierta, tarea en la que confiesa que fracas¨®. "Quer¨ªamos que la Universidad no fuera s¨®lo para los hombres, urbanos y de clases superiores", dice. "No supimos organizarlo, y adem¨¢s no ten¨ªamos poder: las facultades estaban ocupadas por la extrema izquierda". De aquella utop¨ªa, dice, han quedado algunas cosas, como una gesti¨®n democr¨¢tica y la evaluaci¨®n continua.
Hespanha, casado y padre de dos hijos, de 21 y 18 a?os, dice que es "una especie de misionero" de los contactos entre profesores de Historia de Espa?a y Portugal. Lamenta la "tonta rivalidad" y "los prejuicios hist¨®ricos" que existen entre los dos pa¨ªses, situaci¨®n que, afortunadamente, tiende a mejorar.
No consigui¨® que fueran al viaje estudiantes de su pa¨ªs, tal como en un principio estaba previsto, y lo lamenta. "Aunque fueran enchufados, mejor es eso que nada", apostilla el profesor, cuyo apellido procede "del mote de un bisabuelo que iba mucho por Espa?a".
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