Pinochet retira a los generales de la campa?a del 's¨ª'
El general Augusto Pinochet pas¨® a retiro a 13 generales del Ej¨¦rcito de Tierra, entre ellos los principales mandos militares de la campa?a del s¨ª, y otros 11 altos mandos fueron ascendidos, en la primera reestructuraci¨®n militar, un mes despu¨¦s de la derrota gubernamental en el refer¨¦ndum del 5 de octubre en Chile. Los profundos cambios en el Ej¨¦rcito, uno de los efectos posplebiscitarios, coinciden con un momento pol¨ªtico en que la oposici¨®n, especialmente la izquierda, est¨¢ reacomod¨¢ndose para las elecciones presidenciales y de Parlamento en diciembre de 1989.
Cinco generales pasaron a retiro por a?os de servicio y ocho por "razones institucionales". Entre los altos oficiales salientes est¨¢n Santiago Sinclair, vicecomandante en jefe, considerado brazo derecho de Pinochet, y el general Eduardo Ib¨¢?ez, intendente de Concepci¨®n, quien se comprometi¨® a fondo en la campa?a del s¨ª, en una de las regiones donde la derrota del candidato ¨²nico fue m¨¢s aplastante.En suspenso ha quedado la situaci¨®n de la segunda antig¨¹edad, el general Bruno Siebert, actual ministro de Obras P¨²blicas, quien podr¨ªa ser alejado de la l¨ªnea de mando o ser el pr¨®ximo comandante en jefe.
A su vez, el general Jorge Zincke, jefe de la zona militar de Santiago, subi¨® desde la decimotercera antig¨¹edad a la segunda o tercera -seg¨²n lo que ocurra con Siebert-, al ser designado vicecomandante en jefe. Zincke es considerado un militar profesional, en contraste con los generales pol¨ªticos. Como jefe militar de Santiago, Zincke se neg¨® en la noche del plebiscito a retirar las tropas de la ciudad para permitir as¨ª un plan de incidentes programados por sectores del r¨¦gimen que habr¨ªa facilitado la declaraci¨®n de estado de sitio y la suspensi¨®n del recuento, que favorec¨ªa a los opositores.
El ascendiente de Pinochet sobre el Ej¨¦rcito se mantiene, pese a la derrota electoral. Como comandante en jefe particip¨® en la junta calificadora de oficiales que determin¨® los cambios.
Un mes despu¨¦s del plebiscito, el general Pinochet mantiene su ascendiente sobre el Ej¨¦rcito, pero parece preocupado. En las dos ¨²ltimas semanas se reuni¨® en cuatro ocasiones con la oficialidad, con un mensaje central: "Estamos derrotados, pero no vencidos". Los opositores -y tambi¨¦n algunos l¨ªderes de la derecha- estiman que Pinochet fue el derrotado en el plebiscito y no las fuerzas armadas en su conjunto.
Mientras tanto, la oposici¨®n vive un per¨ªodo de reajustes internos. La Democracia Cristiana est¨¢ sumida en sus primarias para designar el precandidato presidencial, que probablemente ser¨¢ el representante ¨²nico de la oposici¨®n en la pr¨®xima elecci¨®n. Casi todos los partidos de la izquierda est¨¢n preocupados por su futura participaci¨®n en las elecciones de senadores y diputados. El Partido Socialista Almeyda, que est¨¢ proscrito, resolvi¨® en una plenaria de su Comit¨¦ Central la inscripci¨®n de un partido "representativo del espacio socialista". La Izquierda Cristiana, a su vez, decidi¨® formar un "partido electoral" de car¨¢cter instrumental.
Aislamiento comunista
En este af¨¢n por inscribirse en una legalidad de partidos que la izquierda consideraba espuria hasta el a?o pasado, los comunistas corren el riesgo de acentuar su aislamiento. Ellos prefieren la inscripci¨®n de un partido instrumental que re¨²na a toda la izquierda.
En otro esfuerzo por quedar sobre la mesa, dirigentes comunistas, con el apoyo del colegio de periodistas, anunciaron que intentaran el retorno a la legalidad de su diario El Siglo, clausurado desde el golpe militar de 1973.
Por otra parte, ayer se efectuaron los funerales del ingeniero Ra¨²l Pellegr¨ªn, quien seg¨²n algunas fuentes opositoras, ser¨ªa el comandante Jos¨¦ Miguel, dirigente m¨¢ximo de la fracci¨®n militar del Frente Patri¨®tico Manuel Rodriguez (FPMR). Jos¨¦ Miguel, de 30 a?os, muri¨® supuestamente ahogado junto con Cecilia Magni, al cruzar a nado el r¨ªo Tinguiririca, tras asaltar un cuartel policial. Sus padres pusieron en duda la versi¨®n de la muerte por inmersi¨®n y dijeron que su cuerpo ten¨ªa se?ales de haber sido golpeado. Otras siete personas fueron detenidas por su presunta participaci¨®n en el asalto y sus familiares afirmaron que han sido torturados. Al funeral asisti¨® un centenar de personas con banderas del FPMR, y se dispararon salvas en la ceremonia.
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