Dif¨ªcil equilibrio

La revista estadounidense Down Beat publica en su n¨²mero de diciembre la ¨²ltima votaci¨®n de los lectores, en la que Jack de Johnette se alza con el primer puesto como baterista, doblando en votos, a Max Roach y Art Blakey. Su concierto en Madrid, no exento de altibajos, fue no s¨®lo respetado, sino vivamente aplaudido, y Jack de Jol¨ªnette no est¨¢ en la parte m¨¢s f¨¢cil del asunto.El liderazgo de De Jol¨ªnette como baterista no est¨¢ hoy suficientemente equilibrado en su banda. Tiene a Mick Goodrick, gu¨ªtarrista de particular¨ªsima expresi¨®n; a Lonnie Plaxico, un bajista que tambi¨¦n toca el contrabajo, y a Gary Thomas, un saxo tenor que aparece en quinto lugar en la formaci¨®n del ¨²ltimo doble disco de la banda, Audiovisual scapes. En tercer lugar aparec¨ªa Greg Osby, que ya est¨¢ trabajando como l¨ªder en el cuarteto de Herbie Hancock. Le sustituye Vincent Herring, correcto en el alto y llamativo en el soprano, lo que, junto a Gary Thomas, no compone una primera l¨ªnea que pueda estar a la altura de lo que continuamente les pide el l¨ªder desde la bater¨ªa.

M¨²sica rerinada

La, m¨²sica de De Jol¨ªnette es refinada, elaborada y da todo campo al discurso personal. Lo que sucede es que la experimentaci¨®n es mal terreno cuando, en un momento dado, a lo mejor no hay mucho que decir. Special Edition pasa de momentos de intensidad solemne y fuerte a algo muy pareciclo a deambular por un pasillo. No es justo que las sombras de Arthur Blythe y David Murray, presentes en anteriores ediciones, planeen sobre Thomas y Herring. Tal vez no est¨¦n siempre en el punto que podr¨ªa desearse con semejante secci¨®n r¨ªtmica.Aun as¨ª no fue un concierto en absoluto mediocre, pero s¨ª tal vez el ejercicio de un solista con cuatro acompa?antes. S¨®lo con De Jol¨ªnette se pod¨ªa llegar bien satisfecho al fin del concierto. No para, r¨ªtmico y tambi¨¦n melodista, constante y en constante cambio. Fue pianista antes de sentarse frente a la bater¨ªa, y as¨ª enlaza las nociones de percusi¨®n y melod¨ªa. A veces hasta abandona los tambores, pone un pregrabado, y hace alguna cosa en los teclados. Pero en seguida vuelve a la bater¨ªa, donde no deja de impresionar ni un solo momento.

La primera parte del concierto estuvo ocupada por el tr¨ªo del pianista Ricardo Belda, buena aportaci¨®n valenciana al billevansismo universal, con dos interesantes m¨²sicos, el contrabajista Luis Llario y el baterista Jeff Gerolamon.