Robert Tappan Morris
Los efectos de un 'virus' en la defensa norteamericana
Robert Tappan Morris tiene toda la apariencia de un genio. Es feo, lleva unas enormes gafas, el pelo largo y descuidado, y le gustan las corbatas de flores de color fucsia. Su cerebro se transforma cada vez que activa su computadora y los d¨ªgitos verdes de su PC iluminan su rostro. Desde hace unos d¨ªas, el FBI le ha situado en el centro de una investigaci¨®n que puede ocasionarle serios problemas. Robert es el padre del virus inform¨¢tico que paraliz¨® la red Arpanet, una de las secciones m¨¢s importantes del Departamento de Defensa norteamericano. Es el nuevo rey de los hackers o delincuentes electr¨®nicos.
Robert Tappan Morr¨ªs es el prototipo de los hackers, nombre con el que se conoce en aquel pa¨ªs a los delincuentes electr¨®nicos, los aut¨¦nticos creadores de la cultura del software, los infatigables trabajadores sin sueldo que pasan las noches en vela copiando diskets pirateando, comiendo pizza, bebiendo Seven Up sin az¨²car e introduci¨¦ndose en los hogares ajenos a trav¨¦s de las computadoras.Los hackers comenzaron a formarse clandestinamente, en 1950, en los laboratorios de inform¨¢tica del Massachusetts Institute of Technology (MIT) Robert Tappan Morris es un claro ejemplo de la ¨²ltima generaci¨®n de estos info-maniacs estadounidenses, locos por invadir los sistemas y redes inform¨¢ticas del Gobierno con virus destructores y paralizantes.RTM, como le llaman sus amigos, acaba de cumplir 23 a?os y estudia Ciencias Inform¨¢ticas en la Cornell University, donde sus profesores aseguran que "le aceptamos en nuestro programa porque ten¨ªa la reputaci¨®n de ser un buen hacker.
El padre de este genio es Robert Morris, un experto en computadoras que ocupa el cargo de jefe en el Centro Nacional de Inform¨¢tica de Baltimore (Maryland). Fue ¨¦l quien anim¨® a su hijo a fabricar complicadas maquetas de aviones a los cuatros a?os. A los nueve le dio libros de la revista Scientific American y a los 15 le facilit¨® las claves de los an¨¢lisis t¨¦cnicos de computadora, que le sirvieron, a los 18, para impresionar a los profesores del curso preuniversitario en la universidad de Harvard por su talento para acceder y utilizar las redes inform¨¢ticas.
La semana pasada, Robert Tappan Morris infect¨® toda la red Arpanet, uno de los departamentos m¨¢s importantes del Pent¨¢gono, donde existen cerca de 60.000 terminales conectadas entre s¨ª, algunas de las cuales contin¨²an todav¨ªa inutilizadas. El virus electr¨®nico creado por el joven Robert tiene un efecto paralizante, lo que significa que el brazo armado de la Uni¨®n est¨¢ adormecido desde que Robert dio rienda suelta a su microbio electr¨®nico.
The Kid, el apodo que la Prensa norteamericana ha dado a Robert T. Morris, vive con sus padres en una bonita casa rodeada de c¨¦sped y ¨¢rboles en la ciudad de Arnold (Maryland), y su vida cotidiana gira en torno a las computadoras. Su acci¨®n, que ha sido calificada por el FBI como "materia de alta prioridad", le ha afectado mucho y ha acentuado su car¨¢cter de persona introvertida. "No s¨¦ qu¨¦ decir, ni s¨¦ qu¨¦ va a pasar despu¨¦s de todo esto", ha declarado algo atemorizado, antes de sumergirse en su mundo, una peque?a habitaci¨®n repleta de libros de inform¨¢tica, libretas, camisetas de deporte, corbatas y, c¨®mo no, una computadora.
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