Espa?a emborrach¨® a Irlanda de f¨²tbol
ENVIADO ESPECIALLos chicos de Luis Su¨¢rez iniciaron ayer de forma espectacular la fase clasificatoria para el Mundial de Italia 90. No s¨®lo vencieron al rival en teor¨ªa m¨¢s dif¨ªcil, Irlanda, sino que lo hicieron destapando, en la segunda parte, un f¨²tbol de altura que hac¨ªa mucho tiempo que no se ve¨ªa en la selecci¨®n. ?sta es una generaci¨®n privilegiada, en la que se mezcla la fuerza y la t¨¦cnica, y que quiz¨¢s ayer comenz¨® a ser consciente de -lo que es capaz. Su¨¢rez ha dado la alternativa a unos j¨®venes con ilusi¨®n, fuerza y t¨¦cnica, capaces de enloquecer al p¨²blico de Sevilla y provocar gritos de " ?torero!", "?torero!".
La victoria ante Irlanda fue, sin embargo, costosa. Durante los primeros 45 minutos, Espa?a se encontr¨® frente a dos ordenadas barreras que le imped¨ªan cualquier movimiento ofensivo. Su¨¢rez coloc¨® en la defensa a Andrin¨²a como hombre libre y a Sanchis y G¨®rriz como marcadores y situ¨® a cinco elementos en el centro del campo: Quique Flores y Jim¨¦nez en los laterales, Roberto como obrero cualificado y Michel y Mart¨ªn V¨¢zquez como creadores. Entre todos controlaron la posesi¨®n del bal¨®n en los primeros 45 minutos, pero. sin traspasar la jaur¨ªa de perros de presa de Jack Charlton. S¨®lo G¨®rriz (m. 1), Flores (m. 34) y Michel (m. 37) crearon oportunidades de gol. El planteamiento hab¨ªa sido serio, pero ineficaz. Manolo y Butrague?o tocaban pocos balones y en p¨¦simas condiciones y los carriles laterales estaban en desuso: el de Quique Flores, por overbooking, y el de Jim¨¦nez, por despiste de sus compa?eros, que no le alimentaban de balones.
Todo cambi¨® a partir del minuto siete de la segunda parte. Manolo, en la primera ocasi¨®n clara de gol de que dispuso, clav¨® el bal¨®n en la red con un disparo en el que hab¨ªa puesto toda su alma. Manolo, debutante con suerte, enloqueci¨® y recibi¨® incluso el abrazo de Su¨¢rez. A¨²n habr¨ªa enloquecido m¨¢s si el segundo gol que marc¨® no hubiese sido anulado por fuera de juego inexistente. En ese momento, Su¨¢rez deb¨ªa de estar pas¨¢ndolo mal. Contra Yugoslavia y Argen tina, en los dos partidos amistosos con los que se inici¨® su man dato, Espa?a comenz¨® marcando, los respectivos ¨¢rbitros anularon sendos goles que eran real mente leg¨ªtimos y la selecci¨®n acab¨® perdiendo, en el primer caso, o empatando, en el segundo.
Pero Espa?a jugaba anoche en un campo embrujado, el Villamar¨ªn, donde ha ganado los siete partidos que ha disputado y donde venci¨® a Malta por aquel hist¨®rico 12-1. Y el embrujo sevillano envolvi¨® a los 11 espa?oles, que comenzaron a embriagarse con su juego.
Abiertas las l¨ªneas irlandesas, Espa?a bord¨® 25 minutos de un juego preciosista, r¨¢pido y eficaz. Michel, a gusto en su responsabilidad, se erigi¨® en l¨ªder, por primera vez de forma clara, de un grupo humano en el que no hab¨ªa fallos. Jim¨¦nez y Flores corr¨ªan por las bandas como si fuesen trenes de alta velocidad; Sanchis, G¨®rriz y Andrin¨²a se hartaban de ganar a Cascarino y Aldridge en las peleas a codazos y cabezazos por los balones altos; Mart¨ªn V¨¢zquez y Roberto aparec¨ªan en un rinc¨®n de la defensa para robar un bal¨®n y un segundo despu¨¦s estaban en un rinc¨®n del ataque dispuestos a empujar a sus compa?eros; y los bajitos Manolo y Butrague?o se escabull¨ªan bajo las faldas de las torres irlandesas para crear el desconcierto en una defensa que reclamaba a gritos la ayuda de los compa?eros del centro del campo. No encontraron respuesta: estaban completamente mareados.
El segundo gol, una volea impecable de Butrague?o, acab¨® con la resistencia irlandesa. El equipo revelaci¨®n de la ¨²ltima Eurocopa se vino abajo. Charlton sustituy¨® a Aldridge por Quinn, un delantero a¨²n m¨¢s alto, pero, mientras Irlanda trataba de jugar por-las nubes, sin conseguirlo, Espa?a tocaba el cielo. Conscientemente, y en contra de los deseos de un p¨²blico extraordinario, Espa?a pas¨® a controlar m¨¢s los movimientos M bal¨®n. Y lo hizo como s¨®lo pueden hacerlo los equipos seguros de s¨ª mismos: cuidando los pases en el centro del campo, pero sin echarse atr¨¢s. Renunci¨® a prop¨®sito a marcar m¨¢s goles, pese a que el escenario estaba preparado para ello: en las gradas, el p¨²blico gritaba borracho de alegr¨ªa, y en el c¨¦sped, los irlandeses estaban borrachos de f¨²tbol.
La diferencia entre unos y otros qued¨® entonces clara. Irlanda sabe jugar al f¨²tbol de una sola manera: patadones continuos, lucha desaforada de todos sus hombres en el marcaje y b¨²squeda de las cabezas de los delanteros. Muchas veces saca buen partido de sus virtudes primitivas, sobre todo en su terreno, pero ayer se encontr¨®, en la segunda parte, con una selecci¨®n que no s¨®lo sabe rasear el bal¨®n, sino que disfruta abusando en su control. Una selecci¨®n con una concepci¨®n moderna del f¨²tbol.
La etapa Su¨¢rez se inicia, pues, con los mejores augurios. La anarqu¨ªa en el juego de los tiempos de Miguel Mu?oz ha dejado paso a un esquema ordenado, trabajado y moderno. El cambio ha llegado a la selecci¨®n. El list¨®n se coloc¨® tan alto que, en el futuro, las comparaciones deber¨¢n hacerse siempre con la segunda parte del partido de ayer como referencia. Va a ser muy d¨ªficil me orar esos 45 minutos.
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