Encaje de bolillos

El 9 Festival de jazz de Madrid se despidi¨® con m¨²sica de encaje de bolillos. El brasile?o Djavan y el norteamericano Chick Corea, con una impresionante banda, ofrecieron una m¨²sica preciosista y, en el caso de Corea, de ejecuci¨®n impecable.A sus 39 a?os, Djavan es uno de los principales exponentes de la actual m¨²sica brasile?a y, a tenor de lo escuchado en sus discos, uno de los compositores de ese pa¨ªs m¨¢s influenciados por la est¨¦tica norteamericana. En su presentaci¨®n en Madrid estas influencias aparecieron mucho m¨¢s difusas. El brasile?o es un cantante de voz privilegiada por su amplItud de matices y registros, y sus canciones son un ejemplo perfecto de eso que Pat Metheny llamaba "riqueza arm¨®nica de su m¨²sica popular". Como compositor, Djavan es complejo y original, aunque en escena carece de la fuerza que desprenden otros compatriotas suyos, como Milton Nascimento. Su concierto comenz¨® con cierta frialdad que super¨® con un h¨¢bil planteamiento de las canciones. Cuando hab¨ªa transcurrido la mitad de su melanc¨®lica actuaci¨®n, aparecieron las canciones m¨¢s conocidas del brasile?o -Capim, Samurai-, iniciandose una comunicaci¨®n ausente hasta el momento. Di¨® por terminada su actuaci¨®n con su c¨¦lebre Sina, y el p¨²blico bailando con una entrega impensable al comienzo del concierto. Djavan mostr¨® su calidad y la injusticia que representa su casi total desconocimiento por parte del p¨²blico espa?ol.

Al terminar su segundo tema, Chick Coreo dej¨® el piano y se dirigi¨® al p¨²blico: "La m¨²sica de Espa?a es parte de m¨ª vida. Algunos de mis mayores h¨¦roes son espa?oles, como mi amigo Paco de Luc¨ªa, y quiero dedicar este concierto al maestro Joaqu¨ªn Rodrigo". El pianista norteamericano de 47 a?os ha bebido muchas m¨²sicas diferentes. Sus conciertos rayan lo perfecto, con unas composiciones complicad¨ªsimas de ejecuci¨®n, aunque a veces tambi¨¦n roza la repetici¨®n.El magn¨ªfico pianista ofreci¨® un concierto muy espa?ol, acompa?ado por tres m¨²sicos de los que quitan el hipo. El guitarrista Frank Gambale tiene un fraseo veloc¨ªsimo e impecable. Dave Weckl a la bater¨ªa y John Patittuci al bajo no le andan a la zaga. Para no quedarse atr¨¢s, Eric Marienthal esboza una fulgurante improvisaci¨®n apoyada por cortes de un ajuste apabullante a cargo del resto del grupo. Es la perfecci¨®n caliente.