Jimmy Jump

A pocas semanas de la edici¨®n por Penguin de su diccionario ingl¨¦s-espa?ol y espa?ol-ingl¨¦s, Jimmy Jump, brit¨¢nico de 72 a?os y veterano de dos guerras, autor de 14 libros para el aprendizaje del castellano, conjura la soledad con sus trabajos terminol¨®gicos y la cocina, especialmente con la preparaci¨®n de pasteles y plum cakes. Vinculado para siempre a Espa?a desde su paso por las Brigadas Internacionales, vuelve con frecuencia, "en busca de palabras", a un pa¨ªs donde tiene amigos, familiares y proyectos.

El diccionario de Jimmy Jump que tendr¨¢ alrededor de 60.000 t¨¦rminos, tiene una cierta especializaci¨®n en "argot y palabras pasotas e indecentes". Hace 21 a?os, la editorial Penguin le en carg¨® un diccionario de palabras modernas, tarea en la que ha trabajado desde entonces y en la que ha contado con el consejo del acad¨¦mico Manuel Criado del Val. Gestiones de trabajo y visitas a amigos ocupan su estancia de estos d¨ªas en Madrid por donde pasea, alto y robusto, apoyado en un bast¨®n.Entre las palabras de su diccionario hay una inventada: comozacha, definida como "una mujer muy obstinada", y cuyo sonido recuerda mucho al de como Thatcher "Inventar una palabra", explica Jimmy, "es un requisito que todos los diccionarios brit¨¢nicos exigen del autor para pillar a los autores de ediciones piratas".Jump tuvo contacto con e idioma espa?ol desde muy joven, en su Liverpool natal, debido al comercio que exist¨ªa all¨ª con Uruguay y Argentina. Su padre, panadero y muy conservador, aconsejaba a su reto?o que no siguiera el oficio, pero al cabo de los a?os la tradici¨®n familiar rebrot¨®. Su hermano mayor tra¨ªa a la casa aires progresistas de la universidad y el peque?o James se apunt¨® pronto al laborismo, filiaci¨®n que mantiene.En 1937, con 21 a?os y cuan do se estaba formando como periodista, va a luchar a Espa?a con la Brigada Lincon ("la ", 15? puntualiza). All¨ª consigui¨® una citaci¨®n por valent¨ªa en la batalla del Ebro y una herida en un pie, que con el tiempo le iba a ocasionar la amputaci¨®n de una pierna. Poco despu¨¦s de volver a casa estall¨® la II Guerra Mundial y fue movilizado otra vez.Jump, con afici¨®n y capacidad para los idiomas, se dedic¨® cuando termin¨® la guerra a dar clases de franc¨¦s y literatura inglesa. Con el tiempo consigui¨® tambi¨¦n una vieja ambici¨®n: ense?ar castellano. Durante los 15 a?os previos a la jubilaci¨®n lo hizo en un centro de formaci¨®n profesional en Kent.

Entre tanto se hab¨ªa casado con Cayetana, una refugiada espa?ola. Con ella tuvo dos hijos: Rosita, de 44 a?os, encargada de personal de un gran empresa brit¨¢nica, que le dio cuatro nietos, uno de ellos residente en Mallorca, y un hijo de 39 y cuarto James Jump de la estirpe, redactor de la revista sindicalista The Seaman.Sus aficiones culinarias afloraron en 1981, cuando convalec¨ªa de la amputaci¨®n de su pierna. "Viv¨ªa con mi hija, y para que ella no tuviera que cocinar cuando llegaba a casa aprend¨ª yo; primero cocido; luego, comida mexicana; pero, sobre todo, me he hecho un experto en pastas y pasteles. Lo que mejor me sale es el plum cake".

"Pienso igual que cuando ten¨ªa 21 a?os", dice Jump, cr¨ªtico hacia la divisi¨®n de la izquierda; "la gente es la que lo hace complicado, o quiz¨¢s es que yo soy un inocent¨®n".