Festival de Jazz, punto redondo
El IX Festival de Jazz de Madrid ha terminado. Aunque el tono medio de los conciertos ha sido correcto, no quedan para el recuerdo momentos especialmente brillantes. La principal noticia ha sido la crisis cardiaca sufrida por Miles Davis al final de su actuaci¨®n. Como causas de esa crisis se citan la veteran¨ªa del m¨²sico y su mal estado de salud. Habr¨ªa que a?adir la fatiga producida por una t¨ªpica gira europea de ¨¦sas en las que los m¨²sicos son tratados como caballos de carreras a los que hay que tener corriendo hasta que revientan
.Se discute principalmente que el festival, organizado hasta el pasado a?o por el ministerio de Cultura, lo haya estado en esta edici¨®n por las mismas personas que antes, pero enmarcadas ahora en una empresa particular que ha montado el acontecimiento para hacer negocio, contando con el apoyo econ¨®mico de varias instituciones y organismos p¨²blicos.
Como principio, no hay nada malo en que una empresa quiera ganar dinero e intente vender sus productos o sus servicios a los ministerios, a los ayuntamientos y al lucero del alba. Otra cosa es que el grifo de la subvenci¨®n se abra y se cierre en funci¨®n de quien la pida.
Conste que me parece muy bien que se subvencione el jazz; y no porque el jazz sea un elemento cultural indispensable y todas esas zarandajas que dicen los pol¨ªticos, sino porque me gusta el jazz, y que haya conciertos de jazz, y que los m¨²sicos de jazz vivan decentemente. Pero, ya que el jazz se subvenciona, que se subvencione bien.
Quienes han decidido que caiga sobre este festival el b¨¢lsamo del dinero p¨²blico tendr¨ªan que haber recordado que el a?o pasado hubo que devolver el importe de la entrada a los escasos espectadores de un concierto que coincidi¨® con un partido de f¨²tbol televisado, o que a la mejor sesi¨®n, la de Tony Williams y The United Jazz Rock Ensemble, asisti¨® una cantidad rid¨ªcula de p¨²blico.
Deber¨ªan haber tenido en cuenta el batacazo econ¨®mico sufrido recientemente por el Festival de San Sebasti¨¢n.
Pienso, en resumen, que quienes han decidido subvencionar este Festival de Madrid saben muy poco de de jazz. Dir¨¢ el lector que eso es imposible. Pues no. Cuando se trata de dar dinero al jazz, lo normal es que lo d¨¦ gente que de jazz sabe poco, pero se f¨ªa absolutamente de quien viene a vend¨¦rselo.
Y no hay, que culpar de esto solamente a la Administraci¨®n, porque es un mal nacional. Lo normal en este pa¨ªs es que cuando un empresario encarga un estudio -¨¦l dir¨¢ un consulting o cualquier, otra soplagaitez-, no diga que es muy bueno porque tiene tales o cuales car¨ªacter¨ªsticas, sino porque lo ha hecho la compa?¨ªa X, o Fulano de Tal. Es el viejo argumento de autoridad, s¨®lo que la formulaci¨®n cl¨¢sica, magister dixit, le viene grande. Pega mejor el castizo lo dUo Blas, punto redondo.
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