?De qu¨¦ juega Txiki?
Tiene nombre de extremo h¨¢bil, zurdo y fino, pero no es as¨ª como se juega por la izquierda. Txiki Benegas juega para el p¨²blico y los buenos futbolistas juegan para el equipo. Algunos nos damos cuenta. Hasta Butrague?o, de cultura y gestos diestros, se mueve mejor por la izquierda d¨¢ndole un sentido a la palabra solidaridad. En ajedrez se llama enroque y ya alcanz¨® el grado de normal. Tan normal como que un zurdo le llame rojo a un sindicalista o que un diestro le suelte esquirol a un trabajador sin ¨¢nimo de huelguear. Todo normal.El problema no es ese. Tampoco es que bajo un Gobierno socialista fracase la concertaci¨®n. social, los bancos sean m¨¢quinas de ganar dinero y no haya destino m¨¢s seductor que el de llegar a yuppie. El verdadero problema que tiene este pa¨ªs es que Michel y Butrague?o ganen 100 millones al a?o y que, encima, se permitan el lujo de derribar alevosamente, en el borde mismo del ¨¢rea, a miles de j¨®venes ilusionados con meter el gol de su vida gracias al plan de empleo juvenil.
Algo complicado de entender, pero normal.
Cuando Benegas dice que Ies preguntar¨ªa a MIchel y Butrague?o si est¨¢n en contra de que el Gobierno quiera sacar de la calle a j¨®venes como ellos, que no s¨®lo no ganan cien millones al a?o, sino que no han tenido la oportunidad de lograr una cualificaci¨®n o de ser 15?tbolistas" propone, subliminalmente, otra cosa. Este mensaje dirigido a la opini¨®np¨²blica, analizado en la moviola, viene a decir que "la Espa?a del PSOE es tan maravillosa y las centrales sindicales tan disparatadas, que se suman al paro trabajadores de cien millones". Elige el f¨²tbol como campo de pol¨¦mica para que le escuchen muchos y para que se le entienda todo.
Puede ocurrir que me exceda en el aprecio de la habilidad del socialista con nombre de extremo izquierdo y que su intenci¨®n no sea la de sacar r¨¦dito pol¨ªtico a la manipulaci¨®n de los medios. Quiz¨¢s no entienda c¨®mo Michel y Butrague?o no se ponen a disfrutar de su condici¨®n de ricos y famosos sent¨¢ndose a compartir el fest¨ªn que el Gobierno les sirve a empresarios y banqueros.
A lo mejor habla de lo que no entiende y en su ingenuidad llega a creer que el f¨²tbol est¨¢ plagado de Micheles y Butrague?os. Tengo dudas sobre los motivos, pero guardo la certeza de que se equivoc¨®.Origen trabajador
Benegas, como tantos intelectuales y pol¨ªticos, sigue viendo en el futbolista un elemento decorativo sin derecho al compromiso. Se da la circunstancia de que su visi¨®n corresponde a la de? viejo capitalismo industrial.
El f¨²tbol nace y se fomenta como deporte de masas para resolver el ocio obrero cuando la mecanizaci¨®n racionaliza el trabajo favoreciendo la tendencia a lajornada de ocho horas y al disfrute del fin de semana. Fue por eso que Gerhard Vinnai dijo: "Los goles que se conviertan en la cancha son los goles en contra de los dominados". M¨¢s de un siglo despu¨¦s los dominantes siguen marcando y el goleador esta vez es Txiki Benegas.
Los millonarios y modestos jugadores actuales provienen, en un porcentaje abrumadoramente mayoritario, de familias trabajadoras. Si el origen del f¨²tbol y de los futbolistas es trabajador, y si su consideraci¨®n laboral es la de trabajador por cuenta ajena, el que pregunta soy yo: ?Qu¨¦ tiene de extra?o que la AFE deje su testimonio de solidaridad al mundo del trabajo en un momento de lucha? ?Qu¨¦ tiene de innoble que dos privilegiados pierdan la tranquilidad respaldando a quienes les necesitan?.
Una vez m¨¢s la clase pol¨ªtica baja al terreno de juego para utilizar el f¨²tbol y su poderoso poder de cautivaci¨®n.
En la torturada y dif¨ªcil Argentina del 78, un militar dijo con respecto al Mundial: "Cuando no hay objetivos pol¨ªticos suele ganar el mejor". Traigo el feo recuerdo de aquella cita sin asociarlo a las desafortunadas declaraciones de Benegas, pero apenado por la constancia de que tambi¨¦n en democracia el f¨²tbol es arma pol¨ªtica.
Yo le pedir¨ªa al tercer hombre del PSOE que juegue en su puesto solucionando los grandes problemas que incumben a su responsabilidad, y que deje que Michel y Butrague?o se encarguen de la alegr¨ªa.
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