Jos¨¦ Azcona: "La 'contra' debe abandonar Honduras en los primeros meses de 1989"
El presidente hondure?o quiere la contribuci¨®n de una fuerza internacional
El presidente de Honduras, Jos¨¦ Azcona Hoyos, aparentemente harto de que su pa¨ªs tenga que lavar los trapos sucios de Estados Unidos, espera una soluci¨®n del problema de la presencia de la contra en territorio hondure?o para los primeros meses del pr¨®ximo a?o. En poco tiempo, Azcona, de 61 a?os de edad, ha pasado de negar la existencia de unidades antisandinistas en su territorio a pedir abierta y rotundamente su salida del pa¨ªs.
Pregunta. ?Cu¨¢ndo va a salir la contra de territorio hondure?o?
Respuesta. ?se es un problema que tendr¨¢ que resolverse de cualquier manera en los primeros meses del pr¨®ximo a?o. Si reciben ayudan militar, tienen que meterse a pelear en Nicaragua; si no reciben ayuda, tendr¨¢n que disolverse. Estados Unidos tendr¨¢ que ayudar en la soluci¨®n de este problema. Los jefes pueden irse a Miami, y los otros pueden acogerse a la amnist¨ªa o lo que sea. Tenemos que discutirlo muy seriamente con el nuevo Gobierno de Estados Unidos.
P. ?Cu¨¢l es su planteamiento para esa discusi¨®n?
R. Nuestro planteamiento es que esa gente tiene que salir de Honduras, porque, si a esa gente le cortan la ayuda, tendr¨ªan que meterse en el interior de Honduras a ver lo que hacen.
P. En ese caso, ?tomar¨ªa una decisi¨®n por su cuenta?
R. Nosotros no vamos a sacar a tiros a esa gente armada, poniendo los muertos hondure?os, pero tampoco vamos a permitir que esa gente sea un peligro para nuestra poblaci¨®n. Por esa raz¨®n hemos permitido hasta ahora, y vamos a seguir permitiendo le guste o no le guste a quien sea, el paso de la ayuda humanitaria, porque eso es en beneficio de la seguridad de Honduras.
P. ?Pero usted podr¨ªa decidir la expulsi¨®n de los contras?
R. El Ej¨¦rcito podr¨ªa expulsar a esa gente de aqu¨ª, pero habr¨ªa muertos, constituir¨ªa un genocidio, porque del otro lado iban a estar esper¨¢ndolos los nicarag¨¹enses para masacrarlos, y yo no voy a hacer actos inhumanos para quedar bien con nadie.
P. Entonces, ?cu¨¢l podr¨ªa ser la soluci¨®n del problema de la contra?
R. Todos los pa¨ªses que dicen que ayudan a Nicaragua tendr¨ªan que recibir su cuota, pero la cosa es que nadie los quiere. La soluci¨®n ideal es que vuelvan a Nicaragua. Debe haber presiones sobre Nicaragua. Hay que decirles a los nicarag¨¹enses que se abran democr¨¢ticamente, que abran las c¨¢rceles y que abran las fronteras y que se desarmen. Lo ideal ser¨ªa una reconciliaci¨®n entre los nicarag¨¹enses. Ahora ya s¨¦ que lo que tenidr¨ªa que haber hecho Honduras para que aplaudieran algunos pa¨ªses del mundo y para que algunos periodistas hablaran bien de nosotros es enfrentar a nuestras fuerzas armadas con los contrarrevolucionarios nicarag¨¹enses, y que hubieran muerto 1.000 o 2.000 hondure?os. ?Pero por qu¨¦, si Honduras no es responsable de esta situaci¨®n?
P. ?Honduras no es responsable de que haya fuerzas de la contra en su territorio?
R. No. Es responsabilidad de Nicaragua por no dar democracia, porque solamente los Gobiernos dictatoriales hacen que los ciudadanos del pa¨ªs sean expulsados. Nosotros estamos de acuerdo en poner nuestra cuota. Tenemos buena voluntad, y por eso queremos la presencia de fuerzas internacionales en la frontera con Nicaragua..
Cord¨®n sanitario
P. Los tres pa¨ªses propuestos para esa fuerza -Espa?a, Canad¨¢ y Alemania Occidental- se niegan a enviar tropas.
R. Pues muy bien, pero nosotros necesitamos ayuda, porque no es responsabilidad nuestra. Es una frontera muy larga, aproximadamente de 750 kil¨®metros, y a nosotros se nos dificulta mucho protegerla. Lo que se ha pretendido siempre es que nosotros nos convirtirnos en el gendarme de Nicaragua, pero nosotros no podemos dedicar nuestro presupuesto a cuidarles las espaldas a los nicarag¨¹enses. Lo que queremos nosotros, si no hay posibilidad de que los contras vuelvan a Nicaragua, es establecer un cord¨®n sanitario en la frontera, unos 2.000 o 3.000 hombres que hagan patrullaje en la frontera para impedir que los contras puedan entrar en Honduras.
P. Espa?a propone una comisi¨®n de expertos para verificar la seguridad fronteriza. ?C¨®mo ve esa alternativa?
R. Eso no resuelve nada. No pueden ser unos observadores que vengan a quedarse aqu¨ª, en el hotel Maya, y vayan de cuando en cuando a la frontera. No, eso no es as¨ª. Hay que establecer un patrullaje.
P. ?Es usted partidario de una r¨¢pida cumbre de presidentes centroamericanos?
R. Cuando ellos digan que quieren la cumbre, yo voy. Yo no pongo ning¨²n obst¨¢culo, pero tambi¨¦n quiero decirle que yo no s¨¦ de qu¨¦ s¨¦ va a hablar.
P. ?No hay nada de qu¨¦ hablar?
R. Vamos a hablar de las mismas cosas. A darle vueltas a la misma situaci¨®n. Ortega dir¨¢ que ha cumplido Esquipulas, nosotros le diremos que no ha sido as¨ª... Yo voy a dejar la presidencia, Ortega va a seguir en la presidencia, y el problema va a seguir igual.
P. Parece usted muy pesimista.
R. Pues s¨ª. Yo veo que s¨®lo si la perestroika prosigue puede ser que Nicaragua se democratice.
P. Su Gobierno est¨¢ negociando nuevos acuerdos militares con EE UU. ?Qu¨¦ ventajas reportar¨¢n para su pa¨ªs?
R. Existe un tratado militar con Estados Unidos desde 1954. Lo que se est¨¢ negociando ahora son tres protocolos adicionales. Uno de ellos es para la instalaci¨®n de un radar en Bah¨ªa de Trujillo para la detecci¨®n del narcotr¨¢fico [el radar fue instalado 20 d¨ªas antes de que ese acuerdo fuese firmado]. Eso yo lo hago con mucho gusto. Los otros protocolos son para que las instalaciones militares temporales que tienen los norteamericanos sean definitivas, pero siempre propiedad de Honduras. Eso es lo que se ha venido a llamar bases militares, pero lo cierto es que aqu¨ª no hay bases de Estados Unidos
P. Y esos acuerdos, ?no van suponer un aumento de la presencia militar de EE UU?
R. No necesariamente. Aqu¨ª la presencia militar norteamericana en tiempo regular no pasa de 300 hombres.
P. Pero, presidente, si s¨®lo en la Embajada norteamericana trabajan m¨¢s de 1.000 personas.
R. ?Ah!, pero son funcionario civiles. Tienen m¨¢s en Mosc¨².
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