Todo sigue igual

No hay mejor ocasi¨®n para que la informaci¨®n diaria sobre Estados Unidos se multiplique que el hecho de que haya elecciones presidenciales en el citado pa¨ªs. Cuando las hay, nos vemos bombardeados, durante casi un a?o, con las noticias que de all¨ª llegan. Considero que es demasiada la atenci¨®n que se le presta a las elecciones norteamericanas en relaci¨®n con la dispensada a las elecciones generales de otras importantes democracias (Francia, RFA, etc.), en las cuales, por lo menos, hay emoci¨®n e incertidumbre. ?stas brillan por su ausencia en las elecciones norteamericanas, entre otras cosas, por lo siguiente:1) Para empezar, s¨®lo hay candidatos de dos partidos para alcanzar la presidencia, lo cual desluce bastante el asunto, y, gane uno u otro, la pol¨ªtica a seguir ser¨¢, en esencia, la misma.

2) En estas ¨²ltimas elecciones, uno de los dos candidatos, Michael Dukakis, sal¨ªa pr¨¢cticamente desde el principio como perdedor, puesto que, tachado de liberal (que por lo visto all¨ª es sin¨®nimo de izquierdista), poca cosa pod¨ªa hacer en una sociedad tan profundamente conservadora, puritana y patri¨®tica como la norteamericana. Si a esto le a?adimos que en Estados Unidos la imagen y la televisi¨®n son fundamentales por la influencia que ejercen sobre el votante, el candidato dem¨®crata decididamente no ha sabido hacer buen uso de aqu¨¦llas: Dukakis ha aparecido fr¨ªo, distante, deca¨ªdo y falto a la hora de inspirar seguridad al electorado.

3) En el remoto caso de haber resultado ganador Dukakis, el gran capital y los grupos de presi¨®n se hubieran encargado de sesgar los posibles atisbos de cambio. Por lo cual, creo que la avalancha informativa sobre las elecciones ha sido en vano. El ¨²nico aliciente era la alternativa Dukakis, que en realidad no era tal. En adelante, s¨®lo queda observar y analizar la pol¨ªtica del nuevo presidente, que en poco diferir¨¢ de la de su antecesor. Mientras tanto, todo sigue igual.- Fernando Rubio.