Las goteras obligan a cerrar la mitad de las aulas de un parvulario publico en Le¨®n

Las persistentes goteras que existen desde su construcci¨®n, hace cuatro a?os, en el parvulario p¨²blico La Palomera, de Le¨®n, han obligado a clausurar desde el pasado mes tres de las seis aulas del centro, tras una semana sin clase. Los ni?os se alternan en horarios de ma?ana y tarde en la utilizaci¨®n de las aulas habitables.

El consejo escolar, la direcci¨®n del centro, profesores y padres en general han expuesto el caso en innumerables ocasiones a la Direcci¨®n Provincial de Educaci¨®n y al Ayuntamiento. El primer organismo, tras ordenar numerosas reparaciones, que no han logrado aguantar ni tan si quiera un chaparr¨®n, ha aprobado la instalaci¨®n de un tejadillo met¨¢lico de un coste aproximado a los seis millones de pesetas. De no estar colocada esta protecci¨®n el 8 de enero, "se suspender¨¢n las clases" hasta nuevo aviso, tal, y como reconoce el propio colegio en una nota.Las goteras han formado grandes agujeros en el techo de las aulas por donde asoman amenazantes los ladrillos. La humedad tan s¨®lo se puede combatir con serr¨ªn esparcido por el suelo y en las paredes hay cercos negros de moho, que a medida que transcurren los d¨ªas ganan terreno a los dibujos infantiles, sujetos con chinchetas. Unos botes de cola-cao paran el primer golpe de agua.

Victoria Urue?a, directora desde hace tres a?os del colegio publico La Palomera -con unos 1.000 alumnos-, reconoce que el problema empez¨® desde la construcci¨®n del edificio por "una mala inipermeabilizaci¨®n" y pide un poco de paciencia a los padres, mientras asegura, no del todo convencida: "Parece que ahora todo se va a solucionar".

Problemas de siempre

Isabel Blanco, de 29 a?os, miembro de la asociaci¨®n de padres de alumnos y madre de dos hijos de cuatro y nueve a?os, afirma: "Siempre hubo goteras. Las ventanas ni abren; no se pueden ventilar las aulas, porque si abres no puedes cerrar. La verdad es que no nos quedan caminos para reclamar". Rosi Redondo, de 38 a?os, tiene dos hijos de cinco y siete a?os con problemas respiratorios que, en su opini¨®n, se han agravado en los ¨²ltimos a?os, tras su estancia en el colegio.Para muchas madres que trabajan fuera de casa, el problema es acuciante. El horario actual de las clases de los ni?os les ha obligado a pagar temporalmente una guarder¨ªa. Mar¨ªa Antonia Mu?oz, de 31 a?os, con tres hijos de nueve, cinco y cuatro a?os, asegura que "estoy todo el d¨ªa con los cr¨ªos a cuestas".

Juan Andr¨¦s Vaquero Pe?a, director provincial de Educaci¨®n, considera una cuesti¨®n de "mala suerte" que la cubierta est¨¦ mal impermeabilizada despu¨¦s de "montones de reparaciones", ya que deposita su confianza en el proyectista y el arquitecto del parvulario, Isidro Luna y Luis Ameijide, respectivamente.

Por su parte, el Ayuntamiento de Le¨®n, que dentro de seis a?os ser¨¢ el organismo encargado del mantenimiento del edificio que alberga el parvulario, estima que el problema surge de "una mala ejecuci¨®n del tejado" y que "la reparaci¨®n de los defectos y da?os causados en el parvulario son responsabilidad de la empresa adjudicataria de las obras, Alcisa", seg¨²n manifiesta el aparejador encargado de obras de la casa consistorial, On¨¦simo Pozo.