Eurocondena
Una comisi¨®n del Parlamento Europeo ha condenado las corridas de toros porque hay picadores. Prosper¨® la propuesta del eurodiputado socialista alem¨¢n Gerhard Schmidt, frente a la oposici¨®n de tres espa?oles y un portugu¨¦s. Los eurodiputados son gente sensible, pero no tanto como la norteamericana. Una vez, los Bienvenida organizaron una corrida en Nueva York y les obligaron a utilizar capotes y muletas verdes, porque rojos pod¨ªan irritar a los animales.Los eurodiputados son pol¨ªticos, lo cual no significa que sean S¨¦necas, ni el Parlamento or¨¢culo. Conocen que los picadores hieren al toro en la lidia y por eso quieren suprimirlos. En cambio, desconocen que, sin picadores, al toro y al novillo no hay quien les d¨¦ un pase. Conllevar¨ªa la propuesta, por tanto, que s¨®lo se torearan becerros y erales; es decir, cornudillos con un a?ito o dos.
Reducida al m¨ªnimo la esperanza de vida del toro, ninguno tendr¨ªa opci¨®n a alcanzar la pubertad del utrero, menos la plenitud del cinque?o. Y si se llegara a la soluci¨®n final, prohibir las corridas, desaparecer¨ªa de la faz de la tierra, pues esta raza aut¨®ctona existe ¨²nicamente en funci¨®n del toreo. Cuidada con esmero durante su ciclo vital, se reproduce mediante cruzas de sementales y vacas, que los ganaderos seleccionan en pureza cada a?o para la cubrici¨®n.
"Las corridas consisten en torturar a un animal", denuncian antitaurinos. Hombre, seg¨²n se mire. Es como decir que el amoroso conc¨²bito persigue cabalgar escarranchada bacante picando espuela, para que el perico gara?¨®n le parta la verija entre estufidos y zamarreos. No. Se pica al toro para medir su bravura y atemperar su furia; la acci¨®n cruenta durar¨¢ un minuto o dos. Peor les va a otros. En una sola jornada al volateo, caen acribilladas m¨¢s perdices que toros hayan doblado a estoque en toda la historia de la tauromaquia.
La eurocondena cogi¨® a los eurodiputados espa?oles en bragas. Entre los que no ten¨ªan ni idea y los que se amagaron a la chita callando, hicieron el papel¨®n y se quedaron tan serranos.
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