Una curiosa rectificaci¨®n
El apellido Dearden dir¨¢ algo sin duda a los viejos seguidores del cine brit¨¢nico. En efecto, Basil Dearden -de quien el pasado domingo la televisi¨®n repuso su El club de los asesinos- es uno de los m¨¢s conocidos artesanos de la generaci¨®n de cineastas ingleses de la posguerraEl nombre de James Dearden, aparte de su resonancia como hijo del veterano Basil, tambi¨¦n les sonar¨¢ a familiar a los aficionados al cine con morbo, pese a que por lo general los nombres de los guionistas trascienden, fuera de los c¨ªrculos profesionales del cine, mucho menos que el de los directores.
Dearden (James) es el afortunado guionista de una de las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras de los ¨²ltimos a?os: Atracci¨®n fatal, el tremebundo y falso dram¨®n de terror y de sexo protagonizado por dos de las estrellas de moda en el cine norteamericano, Michael Douglas y Glen Close.
La isla de Pascali
Direcci¨®n: James Dearden. Producci¨®n. Reino Unido, 1988. Int¨¦rpretes principales: Ben Kingsley, Charles Dance, Helen Mirren. Estreno en Madrid: cine Avenida.
Y esto, al menos en esos referidos medios profesionales, cuyas decisiones se gu¨ªan por las cifras de taquillaje casi exclusivamente, le ha dado a James Dearden un aval de solvencia comercial poco menos que incondicional. Esto le permiti¨® pasarse con todo el equipaje al campo de la direcci¨®n, casi de la noche al d¨ªa La isla de Pascali es el primer fruto de este cambio de vag¨®n del joven Dearden.
El resultado es parad¨®jico como poco, e incluso equ¨ªvoco, pues esta curiosa pel¨ªcula brit¨¢nica, pese a ser mucho mejor que la millonaria Atracci¨®n fatal, va a dar a sus due?os much¨ªsimo menos dinero. Cosas del cine de hoy, en el que las grandes ventas no siempre (en realidad casi nunca) coinciden con las grandes calidades. Y esta Isla de Pascali, humilde ant¨ªtesis del gran exitazo de Dearden, le acarrear¨¢ dificultades, como les ocurre a todos los directores de filmes de audiencia corta.
Parece que Dearden ha querido en este filme borrar el encasillamiento en que se encontraba preso despu¨¦s de Atracci¨®n fatal. Lo ha conseguido. Se trata de una pel¨ªcula sencilla, bien narrada, de estilo sobrio y que cuenta con una excelente interpretaci¨®n del famoso Elen Kingsley. En los festivales internacionales por donde ha pasado ha dejado justa huella de sus aspiraciones a alg¨²n premio, en especial por el lado del citado actor.
Pese a ser una opera prima, el filme es de trazado s¨®lido, de pulso firme, magnificamente ambientado, pero peca de arr¨ªtmico, ya que a la mitad del curioso enredo de espionaje en la isla egea donde la pel¨ªcula discurre hay baches en los que el espectador que ha sido intrigado sobre todo por la primorosa creaci¨®n de Ben Kingsley- se pierde en una intriga que de pronto se hace abstrusa y en algunos puntos altos mal resueltos. Estos defectos no borran las virtudes del filme, que las tiene, no pocas y no peque?as.
Si Dearden obtiene, despu¨¦s de la presumible tibieza comercial de este filme, aval para nuevos filmes, convendr¨ªa estar atentos a ellos, pues todos los s¨ªntomas apuntan a que hay en ¨¦l un buen cineasta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.