S¨¢banas de oro en la Renfe italiana
Cuatro miembros del consejo de administraci¨®n est¨¢n ya en la c¨¢rcel y el 'culpable' ha huido a EE UU
Los ferrocarriles italianos han sido siempre una de las estructuras del Estado que peor ha funcionado. El tren es la ¨²nica cosa barata en Italia. Para remediar un mal at¨¢vico, semejante al del correo y los tel¨¦fonos, se intent¨® hace unos a?os independizar los ferrocarriles del Ministerio de Transportes, convirti¨¦ndoles en un organismo aut¨®nomo, con su consejo de administraci¨®n propio, aunque siempre bajo la ¨¦gida ministerial. Se pens¨® que empezaba una nueva era y que por fin los trenes iban a funcionar en Italia como en los pa¨ªses m¨¢s civilizados.
Algunas cosas mejoraron, la impuntualidad perdi¨® terreno. Pero el esc¨¢ndalo no se ha hecho esperar, y es de tales proporciones que ha obligado a dimitir al propio presidente de los ferrocarriles, Lodovico Ligato, democristiano, y a todo su consejo de administraci¨®n, mientras que el Consejo de Ministros ha tenido que nombrar deprisa y corriendo un comisario con plenos poderes en la persona de Mario Schimberni, ex presidente de la Montedison, el gran coloso qu¨ªmico del pa¨ªs.El nuevo esc¨¢ndalo tiene por nombre s¨¢banas de oro y le ha costado la c¨¢rcel a cuatro miembros del consejo de administraci¨®n: el democristiano Gaspare Russo, el comunista Giuliu Caporali, el socialista Ruggero Ravenna y el liberal Francesco Baffigi. Otras 20 personas, entre ellas el ex presidente Ligato, est¨¢n siendo interrogadas por los magistrados. El protagonista del drama se halla fugitivo en Estados Unidos, aunque desde su escondite ha hecho saber que est¨¢ dispuesto a presentarse si se le asegura la libertad vigilada.
Se trata de un personaje emblem¨¢tico, sobre el que ya pesaba una orden de detenci¨®n, acusado de haber especulado a favor de una f¨¢brica suya en tiempos del terremoto de Irpinia. Se llama Elio Graziani, de 48 a?os, natural de Avelino, tierra natal del presidente del Consejo, Ciriaco de Mita. Hijo de un obrero de los ferrocarriles y primero de seis hermanos de una familia muy pobre, empez¨® trabajando como obrero tambi¨¦n en los ferrocarriles y despu¨¦s decidi¨® estudiar en la Sorbona. Es el descubridor de un disolvente que remueve las part¨ªculas electrost¨¢ticas de las partes mec¨¢nicas de los trenes.
Despu¨¦s decidi¨® hacerse empresario. Cre¨® cuatro f¨¢bricas qu¨ªmicas, con 1.000 obreros y una facturaci¨®n de 50.000 millones de pesetas. Pero el salto lo da cuando consigue, con apoyos pol¨ªticos que la magistratura est¨¢ investigando, adjudicarse una subasta de los ferrocarriles para suministrar, en cinco a?os, 20 millones de juegos de cama (s¨¢banas y fundas de almohada) para los coches-cama, de un tejido-no tejido de usar y tirar. A la subasta fueron invitadas 23 empresas, ninguna de las cuales, excepto la de Graziani, pose¨ªa, al parecer, los requisitos para adjudicarse la subasta. Las dem¨¢s que pod¨ªan haber concurrido, y que ahora han levantado la liebre, no fueron ni consultadas. Al constructor napolitano, los ferrocarriles le pagaron 700 pesetas por muda, por un total de 15.200 millones de pesetas, cuando ahora se ha demostrado que empresas yugoslavas, por un material mejor, no cobran m¨¢s de 40 pesetas por juego. M¨¢s a¨²n, se ha probado con ex¨¢menes qu¨ªmicos oficiales que las s¨¢banas de oro vendidas a los ferrocarriles son peligrosas, porque resultan altamente inflamables. Adem¨¢s, Graziani ha vendido jab¨®n y papel higi¨¦nico a la Renfe italiana que, seg¨²n se ha descubierto, tampoco se produc¨ªa en sus f¨¢bricas.
A todo ello hay que a?adir que los ferrocarriles han vendido en una subasta fantasma 20.000 mantas nuevas de lana al precio, al parecer irrisorio, de 30 pesetas cada una. Probablemente para poder comprar (?a qui¨¦n?) mantas nuevas tambi¨¦n de tejido-no tejido.
Seg¨²n un editorial de La Repubblica, las s¨¢banas de oro son s¨®lo la punta del iceberg de un esc¨¢ndalo de proporciones mucho mayores que probablemente no saldr¨¢ a la luz porque est¨¢n involucrados todos los partidos. Un esc¨¢ndalo que ha impedido que los ferrocarriles italianos se hayan modernizado al haberse convertido en una vaca lechera de la que, al parecer, han mamado muchos m¨¢s de los que hoy aparecen y que forma parte de ese mal at¨¢vico de la financiaci¨®n de los partidos en este pa¨ªs.
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