Bicentenario y derechos humanos

Francia parece haber encontrado el medio de celebrar el bicentenario de 1789 sin resucitar viejas divisiones: en 1989 se conmemorar¨¢, conjuntamente, la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos. A pesar de todo, debemos recordar que la versi¨®n francesa de la doctrina de los derechos humanos plantea tantos problemas como resuelve, lo que deber¨ªa ser suficiente para evitar que la conmemoraci¨®n caiga en la trivialidad. El primer equ¨ªvoco trata de las garant¨ªas de los derechos humanos, ya que, al proclamar que ¨¦stos son "naturales, inalienables y sagrados", la Declaraci¨®n parece conferir a la ley " expresi¨®n de la voluntad general", el poder de decidir las condiciones en las que deben ejercerse; por lo cual, durante mucho tiempo, la "tradici¨®n republicana" consider¨® que el legislador, aunque deba respetar los derechos humanos, ten¨ªa el derecho soberano, lo que exclu¨ªa todo control sobre la constitucional?dad de las leyes. Inversamente, la Declaraci¨®n fija tambi¨¦n el l¨ªmite al poder de la ley, y afirma que s¨®lo la naci¨®n es soberana, lo que puede legitimar la reciente evoluci¨®n en la que el poder legislativo ha tenido que someterse al consejo constitucional. El segundo se produce por la relaci¨®n entre libertades y derechos sociales. Por s¨ª sola, la doctrina de los derechos humanos puede ser entendida como reivindicaci¨®n m¨ªnima y matriz de todas las reivindicaciones, democr¨¢ticas.

4 de diciembre