Sorpresa
La inercia de una semana condenada de antemano al olvido, dar¨¢ alguna sorpresa. Se movieron los grandes. Telef¨®nica, por ejemplo, recuper¨® cierta firmeza juste cuando parec¨ªa que iba a hundirse. El mercado es un lodazal resbaladizo, pero los gigantes no tienen pies de barro. Buen augurio. Los bajistas han barro de lo suyo y, para muchos, el puente de la Inmaculada anuncia ya un punto de inflexi¨®n ascendente con horizonte a fin de a?o. Los indicadores t¨¦cnicos aseguran firmeza para el final de este impasse y el panel de precios, despu¨¦s del alud de ampliaciones de capital, es, evidentemente, apetitoso para el inversor. Una vez m¨¢s, la bolsa anticipa. La mayor¨ªa de los valores industriales adelantan las rebajas de enero cuando a¨²n no hemos celebrado la Navidad.
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