La proyecci¨®n internacional de Catalu?a
La Espa?a de las autonom¨ªas dise?ada en la Constituci¨®n -explica el articulista- abr¨ªa un proceso irreversible de descentralizaci¨®n. Los contactos que mantiene la Generalitat con regiones y pa¨ªses europeos son, a su juicio, positivos para el Estado, ya que han obtenido buenos resultados econ¨®micos y cient¨ªficos.
El Gobierno socialista ha anunciado, a trav¨¦s de su ministro de Administraciones P¨²blicas, Joaqu¨ªn Almunia, que tiene en proyecto un decreto para regular las acciones de los presidentes de las comunidades aut¨®nomas en el extranjero. Lo hace, seg¨²n dice Almunia y confirman otros de sus principales colaboradores, para evitar que se dupliquen esfuerzos y al mismo tiempo impedir que las autonom¨ªas puedan firmar unilateralmente documentos de colaboraci¨®n.Seg¨²n parece, la gota que ha colmado el vaso de la Administraci¨®n central ha sido una declaraci¨®n de intenciones, en forma de carta, que firm¨¦ como conseller de Agricultura de la Generalitat con el ministro de Agricultura de Israel a principios del mes de mayo del pasado a?o durante el viaje oficial que realiz¨® el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, invitado por el presidente del Estado hebreo.
El documento en cuesti¨®n se refiere exclusivamente a temas agr¨ªcolas como las relaciones cient¨ªficas que ven¨ªan manteniendo dos organismos oficiales como son la ARO (Israel¨ª) y el IRTA (catal¨¢n); el reciclaje de t¨¦cnicos de extensi¨®n agraria; a la organizaci¨®n de dos seminarios sobre gesti¨®n del agua y planificaci¨®n rural, y finalmente, a un estudio sobre el mercado europeo hort¨ªcola y c¨¢rnico.
Era y es, por tanto, una serie de colaboraciones, la mayor¨ªa a trav¨¦s de empresas de car¨¢cter t¨¦cnico y cient¨ªfico semejantes a las que la Generalitat viene manteniendo desde hace tiempo con otros pa¨ªses como Jap¨®n, EE UU (California), Suiza y, sobre todo, Francia e Italia. La ¨²nica diferencia que se podr¨ªa encontrar en este caso es la existencia de una declaraci¨®n de intenciones escrita.
Declaraci¨®n de intenciones
Esta declaraci¨®n de intenciones, sobre la que, por otra parte, la Administraci¨®n central no ha dicho sorprendentemente nada en los 18 meses transcurridos desde que se firm¨®, pese a que los medios de comunicaci¨®n espa?oles e ¨ªrael¨ªes se hicieron profuso eco durante la visita de Jordi Pujol a Israel, ha contrariado ahora profundamente al!. Gobierno, seg¨²n afirman portavoces tan significativos del Ministerio de Administraciones P¨²blicas como el subsecretario Pe?a.
Pe?a declar¨® a este diario que "hay que tener m¨¢s cuidado antes de comprometerse con Israel a la realizaci¨®n de un estudio de mercados europeos en el sector hort¨ªcola, sabiendo que este pa¨ªs es uno de los principales competidores de Espa?a en exportaci¨®n de agrios".
Resulta sorprendente que un hecho p¨²blico y notorio, acaecido en mayo de 1987, preocupe al Gobierno espa?ol en octubre de 1988. Esto es lo que se llama una reacci¨®n a tiempo. Aunque no s¨¦ si es m¨¢s chocante que un alto cargo de Administraciones p¨²blicas intoxique a la opini¨®n p¨²blica con un malintencionadamente calificativo de "reciente" compromiso con Israel para abrir el mercado de agrios europeo al Estado sionista. Todo esto, adem¨¢s, para despu¨¦s, en la castiza l¨ªnea de mantenella y no enmendalla, confundir un estudio sobre alcachofas y cebollas con las exportaciones de naranjas. Error debido, seguramente, a que todas pertenecen a la categor¨ªa de cuerpos relativamente esf¨¦ricos.
Bajo estos criterios de interpretaci¨®n es l¨®gico que un simple enunciado de intenciones (escrito en este caso) se transforme en un acuerdo de cooperaci¨®n. Para el ministerio ser¨¢ l¨®gico, pero es incierto adem¨¢s de injusto.
La Generalitat de Catalu?a mantiene intercambios con otros pa¨ªses. Tanto es as¨ª que el mismo d¨ªa que aparec¨ªa la noticia sobre el enfado del Gobierno por el tema de Israel, Pujol y el jefe del Gobierno de la regi¨®n yugoslava de Eslovenia acordaban una mayor relaci¨®n econ¨®mica.
Resultados econ¨®micos
La Espa?a de las autonom¨ªas dise?ada en la Constituci¨®n como modelo de configuraci¨®n del Estado democr¨¢tico abr¨ªa un proceso irreversible de descentralizaci¨®n en el que las autonom¨ªas eran algo m¨¢s que entes puramente administrativos. Estoy convencido de que los contactos que mantiene Catalu?a con regiones europeas y con otros pa¨ªses son positivos para el Estado.
Adem¨¢s, no han creado ning¨²n tipo de problema a la sociedad real y han contribuido a obtener buenos resultados econ¨®micos (inversiones japonesas en Catalu?a) o cient¨ªficos (acuerdos con la universidad de California). Por tanto, est¨¢ claro que no interfieren en la pol¨ªtica del Estado. Nunca lo han hecho. Tanto es as¨ª, que para argumentarlo se han tenido que falsear los hechos.
?Porque, cu¨¢l ser¨ªa la l¨®gica que permitiera que los ayuntamientos o las diputaciones establezcan contactos, concreten colaboraciones internacionales de naturaleza econ¨®mica, cultural o t¨¦cnica y se limite a las autonom¨ªas dicha posibilidad? Como recordaba en su reciente visita a Catalu?a el presidente del land de Baden-Wurtemberg, en Alemania las competencias en asuntos exteriores corresponden al Gobierno central, pero los landers pueden tener sus contactos.
La Administraci¨®n central no tiene que preocuparse porque existan contactos en el ¨¢mbito regional, como los hay en el municipal, m¨¢s bien tendr¨ªa que alegrarse. De no ser as¨ª, habr¨ªa que concluir que la continuada voluntad pol¨ªtica de reducir el papel de las autonom¨ªas hasta el extremo de juzgar inconstitucional una reuni¨®n de presidentes auton¨®micos sobrepasa el l¨ªmite de lo razonable y no conduce a ninguna parte. O a un solo sitio: a la reconsideraci¨®n de si la actual gesti¨®n del Estado de las Autonom¨ªas sirve a los deseos de autogobierno que Catalu?a siempre ha deseado tener.
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