El artista sosegado
Muchos profesionales del espect¨¢culo se pasan la vida intentando averiguar qu¨¦ es lo que quiere el p¨²blico para ofrec¨¦rselo en bandeja. Sin embargo, el p¨²blico lo que realmente desea es toparse con un artista capaz de transmitir otras dimensiones de la belleza y de la vida. Franco Battiato es un artista y adem¨¢s un meticuloso profesional.Los dos conciertos de Madrid forman parte de una peque?a gira europea para presentar en directo su ¨²ltimo disco, Fisiognomica. El cantante y compositor siciliano aprovecha para hacer un recorrido por toda su producci¨®n e Interpreta los temas m¨¢s conocidos de anteriores trabajos, como L'era del cinghiale bianco, La voce del padrone, Ecos de danzas sufi o N¨®madas. Con un sonido cercano a la perfecci¨®n y un soberbio acompa?amiento orquestal, el siciliano consigue inundar el teatro de sosiego y belleza durante casi dos horas y media.
Franco Battiato
Filippo Destrieri (teclados y sintetizadores), Ricky Belloni (guitarra), Donatella Saccard. (soprano), grupo de arco de la Orchestra Internazionale d'Italia, dirigida por Ugo Mantigila. Con la actuaci¨®n especial de Giuni Russo, acompa?ada al pianoforte por Alessandro Nidi. Teatro Alcal¨¢ Palace. Madrid, 8 y 9 de diciembre.
Aparece en escena con austera vestimenta y sandalias franciscanas. Desde el primer tema deja patente su declaraci¨®n de principios: "El cuerpo vive justamente s¨®lo esta vida". Tan lac¨®nica constataci¨®n es el fundamento de su universo ¨¦tico y est¨¦tico, porque en Battiato la ¨¦tica y la est¨¦tica son una misma cosa.
L¨ªrico
Apasionado por el g¨¦nero l¨ªrico, Battiato da a lo largo de su concierto muchos gui?os del bel canto. En la gira cuenta con la colaboraci¨®n de la soprano Donatella Saccardi para la canci¨®n L'oceano di silenzio. Para los conciertos de Madrid se ha tra¨ªdo tambi¨¦n a la cantante l¨ªrica Giuni Russo, una artista con look neopunky y extraordinaria voz que interpreta arias y romanzas de Bellini, Donizetti y Verdi.El p¨²blico qued¨® arrebatado por este prestidigitador de sensaciones que limita al m¨¢ximo parlamentos inocuos entre canci¨®n y canci¨®n. Las reiteradas ovaciones le obligaron a realizar unos bises que pod¨ªan haber sido otro concierto. El ¨²nico pero consisti¨® en ceder demasiado a la voracidad del respetable.
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