Una muestra excepcional de Matisse en el Reina Sof¨ªa
Las 39 obras del pintor pertenecen a los museos Ermitage y Puskin, de la Uni¨®n Sovi¨¦tica
El Centro de Arte Reina Solfia, de Madrid, inaugura hoy la exposici¨®n Matisse, en las colecciones rusas, con 25 ¨®leos, fechados entre 1901 y 1913, y 14 dibujos realizados en los a?os treinta y cuarenta. Esta muestra excepcional, presentada con anterioridad en Barcelona, estar¨¢ abierta hasta el 15 de febrero. Las obras expuestas proceden de los museos Puskin, de Mosc¨², y Ermitage, de Leningrado, y forman la base de los fondos de pintura impresionista y posimpresionista de los museos sovi¨¦ticos. A principios de siglo, los coleccionistas rusos S. I. Shchukin y I. A. Morozov se interesaron por el arte franc¨¦s de vanguardia, y sobre todo por Matisse. Las dos colecciones fueron nacionalizadas en 1918; en 1923 fueron reunidas en el Museo del Nuevo Arte Occidental, y en los a?os treinta, una parte pas¨® al Ermitage.
La exposici¨®n Matisse, en las colecciones rusas, sin duda uno de los acontecimientos m¨¢s relevantes de la presente temporada, se inaugura hoy en el Centro de Arte Reina Sofia, de Madrid, donde permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 15 de febrero. La muestra, fruto de un acuerdo de intercambio entre los respectivos ministerios de cultura de ambos pa¨ªses y del Ayuntamiento de Barcelona, pudo ser vista primero en la Ciudad Condal, de donde procede.Formada por 39 obras, 25 de las cuales son ¨®leos y las 14 restantes dibujos, se trata de una colecci¨®n de obras de Matisse verdaderamente excepcional, perteneciente en la actualidad a los museos rusos del Ermitage, de Leningrado, y Puskin, de Mosc¨².
El atesoramiento por parte de un solo pa¨ªs de un conjunto tan amplio de uno de los pintores fundamentales de nuestro siglo es algo extraordinario en cualquier caso, pero m¨¢s si se trat-j de Rusia, tan alejada f¨ªsicamente del Par¨ªs de las vanguardias, y donde la evoluci¨®n pol¨ªtica a comienzos de siglo tuvo el curso revolucionario que se conoce, sembrado por todo tipo de dificultades no precisamente ideales para el fomento de las artes.
Los 25 ¨®leos del pintor est¨¢n realizados entre 1901 y 1913, un per¨ªodo decisivo en la evoluci¨®n de Henri Matisse, nacido en la localidad de Cate au-Cambr¨¦sis el 31 de diciembre de 1869 y muerto el a?o 1954 en Niza, donde fij¨® su residencia desde la I Guerra Mundial.
Doce a?os mayor que Picasso, la vocaci¨®n art¨ªstica de Matisse se manifest¨®, en t¨¦rminos comparativos, tard¨ªamente, lo que significa que no empez¨® a pintar seriamente hasta 1890 y que su vinculaci¨®n a la vanguardia no se produjo hasta comienzos del presente siglo, justo el momento cronol¨®gico de donde arranca la magn¨ªfica colecci¨®n de cuadros de propiedad sovi¨¦ticaque hoy podemos admirar, por primera vez, en nuestro pa¨ªs.
Muchos recordar¨¢n seguramente la tambi¨¦n important¨ªsima exposici¨®n monogr¨¢fica de Matisse, que se exhibi¨® en Madrid durante el oto?o de 1980, gracias en aquella ocasi¨®n a la iniciativa de la Fundaci¨®n Juan March, exposici¨®n que constaba de la nada despreciable cantidad de 74 obras.
Cuadros valiosos
Pues bien, sin desmerecerla, ya que adem¨¢s de lo amplio de su contenido era aquella la primera vez que se ve¨ªa en nuestro pa¨ªs un conjunto -antol¨®gico del genial pintor franc¨¦s, la actual, que se presenta en el Centro de Arte Reina Sofia de Madrid tras pasar por el Museo Picasso de Barcelona, tiene, desde un punto de vista cualitativo, un muy superior peso espec¨ªfico.En primer lugar, por lo que antes dec¨ªamos de las fechas, coincidentes con el surgimiento y desarollo del fauvismo, movimiento de vanguardia en el que Matisse ocup¨® el liderazgo est¨¦tico y, en segundo, por el valor en s¨ª de las obras que contiene, entre las que nos encontramos con piezas capitales como La habitaci¨®n roja (1908-1909), El mantel azul (1909), La familia del artista (1911) o el Retrato de la mujer del artista (1913).
En realidad, a trav¨¦s de estos cuadros se puede apreciar toda la grandeza de Matisse, cuyo uso del color no se limit¨® a ser un simple desahogo emocional, como les ocurri¨® a la mayor¨ªa de sus colegas fauvistas, sino una aut¨¦ntica arquitectura. Con una concepci¨®n intemporal del arte, que juzgaba como orden eterno, Matisse demostr¨® efectivamente la capacidad constructiva del color, sublimando los ritmos decorativos del arte ¨¢rabe y oriental.
Dotado de un rigor para la pureza arm¨®nica que es abstracto, como el del orden musical y matem¨¢tico, este sublime pitag¨®rico pose¨ªa tambi¨¦n la magia de la sensualidad, el secreto de la alegr¨ªa de vivir tal y como hist¨®ricamente se ha manifestado en la plenitud luminosa del Mediterr¨¢neo.
Nadie, en fin, como ¨¦l supo comprender y plasmar el orden y la Ilamada de la vida que habitan en la belleza.
Babelia
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