Empieza el estudio de las ofertas para el lanzamiento del sat¨¦lite espa?ol

Las principales empresas y organismos de lanzamiento de sat¨¦lites han iniciado los primeros contactos con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones para el lanzamiento en 1991 del primer sat¨¦lite espa?ol de comunicaciones. Por otra parte, la adjudicaci¨®n de la construcci¨®n del sat¨¦lite a uno de los dos consorcios europeos que compiten por ella se producir¨¢ en las pr¨®ximas semanas, seg¨²n fuentes oficiales, cuando el Consejo de Ministros tome la decisi¨®n definitiva de que Espa?a tenga para 1992 m sistema propio de sat¨¦lites, que costar¨¢ unos 40.000 millones de pesetas.Aunque la decisi¨®n pol¨ªtica sobre ?a construcci¨®n y lanzamiento de este sat¨¦lite no sea todav¨ªa firme, la premura de tiempo ha hecho que la Direcci¨®n General de Telecomunicaciones haya iniciado ya los trabajos complementarios sobre las frecuencias que se podr¨ªan utilizar y sobre las posibilidades existentes de lanzamiento. Tanto Arianespace, la empresa europea que gestiona el cohete Ariane y en la que Espa?a tiene una participaci¨®n, como los dos fabricantes norteamericanos Martin Marietta y McDonell Douglas, e incluso los chinos y los sovi¨¦ticos han ofrecido sus servicios al Gobierno espa?ol, explica Javier Nadal, director general de Telecomunicaciones.

Nadal se?ala que no hay favoritismo en principio respecto a la opci¨®n europea y que demomento s¨®lo se est¨¢n recibiendo ofertas. Arianespace ha afirmado que no tendr¨¢ problemas para cumplir los plazos pedidos, que son los ¨²ltimos meses de 1991 para el lanzamiento del primer sat¨¦lite y el primer trimestre de 1992 para el lanzamiento del segundo, de reserva.

Daplicar la actividad

Nadal explica tambi¨¦n que, a pesar del poco tiempo que queda y que juega en principio en contra de la participaci¨®n de la industria espa?ola en la construcci¨®n del sat¨¦lite, la comisi¨®n devaluadora de las ofertas est¨¢ contenta con el grado de participaci¨®n ofrecido, que supera el 25%. Este grado de participaci¨®n, que comprende todas las partes del sistema, significar¨ªa pr¨¢cticamente duplicar la actividad actual de la industria espa?ola en el sector espacial. "El segmento de tierra se har¨ªa pr¨¢cticamente en Espa?a", se?ala, "pero tambi¨¦n se participar¨ªa en la plataforma y en la carga ¨²til".

En cuanto a las frecuencias, la decisi¨®n de situar el sat¨¦lite -de servicios fijos- en la posici¨®n orbital (en la ¨®rbita geostacionaria, a 36.000 kil¨®metros de altura sobre el Ecuador) que Espa?a tiene otorgada para un sat¨¦lite de difusi¨®n directa de televisi¨®n, hace necesaria la negociaci¨®n internacional de frecuencias con otras administraciones de telecomunicaci¨®n, especialmente con Irlanda.

El sat¨¦lite se situar¨ªa en esta posici¨®n y no en otra m¨¢s oriental que tambi¨¦n tiene otorgada Espa?a, precisamente para un sat¨¦lite de servicios fijos, para aprovechar el haz que permitir¨¢ la comunicaci¨®n con Latinoam¨¦rica.

Lo m¨¢s importante del proyecto, para la Administraci¨®n, es que la creaci¨®n del sistema de sat¨¦lites implica entrar en una din¨¢mica que permita pensar en que Espa?a alcance una participaci¨®n del 50% en la segunda generaci¨®n de sat¨¦lites.