Westendorp: "Espa?a va a ser el dentista que toque el nervio de la soberan¨ªa"
"Nuestros ministros dar¨¢n la talla", asegura el embajador espa?ol ante la Comunidad Europea
La presidencia espa?ola de la Comunidad Europea (CE) y la cumbre con la que concluya no ser¨¢n f¨¢ciles porque a "Espa?a le corresponder¨¢ ser el dentista que toque el nervio ultrasensible de la soberan¨ªa", opina el embajador Carlos Westendorp, que dirige la mayor embajada espa?ola en el mundo, la Representaci¨®n Permanente ante la Comunidad Europea.
Al margen de su preocupaci¨®n profesional, este diplom¨¢tico socialista de 51 a?os est¨¢ tambi¨¦n inquieto por el agotamiento f¨ªsico que ¨¦l y sus colaboradores padecer¨¢n en junio, cuando finalice el semestre espa?ol, y recuerda con una sonrisa resignada que a alg¨²n colega comunitario le ha dado un ataque justo al terminar la presidencia de su pa¨ªs.Pregunta. Al no tener que forzar decisiones, ?cree usted que ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil la tarea que incumbe a Espa?a?
Respuesta. En absoluto. Acaso hayamos recorrido casi la mitad del camino que conduce al mercado ¨²nico, pero ese trayecto era el m¨¢s llano. Con Espa?a vamos a entrar en la parte m¨¢s accidentada del itinerario. Espa?a va a ser el dentista que toque el nervio ultrasensible de la soberan¨ªa, es decir, la supresi¨®n de las fronteras f¨ªsicas, la armonizaci¨®n fiscal, de la que no se ha empezando a hablar en serio, la uni¨®n monetaria y la revisi¨®n de los mecanismos institucionales, incluidos los poderes del Parlamento. A acabar nuestro turno dejando al toro bien cuadrado es a lo que debemos aspirar.
P. Portugal renunci¨® a presidir la CE hace dos a?os por temor a no estar a la altura, ?no deber¨ªa Espa?a haber hecho lo mismo?
R. Afortunadamente, nos ha tocado a los tres a?os del ingreso. Era el per¨ªodo m¨ªnimo para dar la medida. Adem¨¢s, como es la primera vez que nos corresponde presidir, nos hemos preparado con mucha m¨¢s antelaci¨®n que los dem¨¢s Estados miembros. Aun as¨ª, no cabe duda de que la Administraci¨®n espa?ola pasa por un mal momento. El deterioro que sufre por el drenaje de funcionarios experimentados hacia el sector privado, m¨¢s generoso, no se compensa con una mejora de la organizaci¨®n. Curiosamente, nuestros socios europeos tienen mejor concepto de Espa?a que nosotros mismos, quiz¨¢ porque sepamos dar el pego sin que se nos note demasiado la falta de instrucciones precisas. Padecemos, adem¨¢s, problemas de coordinaci¨®n entre ministerios. Pero los defectos burocr¨¢ticos se suplen con mucho trabajo individual. Nos movemos en la improvisaci¨®n como
pez en el agua. Nuestros ministros suelen ser, por ¨²ltimo, m¨¢s t¨¦cnicos y menos pol¨ªticos profesionales a la antigua usanza que sus hom¨®logos. Conozco muy pocos que no sepan al menos alg¨²n idioma comunitario. Los alemanes son menos pol¨ªglotas. Creo que, en general, dar¨¢n la talla.
No es una embajada.
Despu¨¦s de la griega, su embajada es la m¨¢s numerosa ante la CE, pero con el agravante que desde Atenas vienen muchos me nos expertos que desde Madrid para asistir a los grupos de trabajo en Bruselas. ?No est¨¢ sobredimensionada su embajada?
R. La representaci¨®n no tiene nada que ver con una embajada, ni en su papel ni en su funcionamiento. Con casi 150 personas y una tarea eminentemente decisoria, es pr¨¢cticamente un ministerio en el extranjero. De cara a nuestra primera presidencia, creo que cuenta con el personal adecuado. Una vez pasado este per¨ªodo, cuando se alcance la velocidad de crucero se deber¨ªa reducir a un n¨²mero similar a los dem¨¢s. Otra cosa es que se llegue a hacer, porque varios ministerios se resistir¨¢n a contar con menos funcionarios destacados en Bruselas.
P. ?No es un semestre un per¨ªodo demasiado corto para una presidencia? ?Convendr¨ªa alargarla, como ha sugerido el presidente Fran?ois Mitterrand?
R. Si fuese m¨¢s larga, se avanzar¨ªa menos. La brevedad te obliga a ir a marchas forzadas. Otra cosa es que, afortunadamente, la coordinaci¨®n entre varias presidencias, como la que nosotros hemos puesto en pie con Francia, tienda a generalizarse. Adem¨¢s, al desempe?ar la presidencia y ejercer un papel mediador para lograr compromisos nos olvidamos de nuestro inter¨¦s como pa¨ªs. Y esto, a la larga, es peligroso. Uno corre el riesgo de acabar como el militar brit¨¢nico prisionero de los japoneses que construy¨® durante su cautiverio un puente sobre el r¨ªo Kwai que se resiste a destruir a pesar de que son sus carceleros los que van a utilizar la obra.
P. ?Existe un frente sur en la CE desde que ingresaron Espa?a y Portugal?
R. A grandes rasgos, s¨ª. Los mediterr¨¢neos estamos juntos en muchas guerras, aunque cada uno tenga tambi¨¦n sus batallas particulares, como Grecia con Turqu¨ªa. A Grecia, y en menor medida a Italia, les ha venido de perlas que entre Espa?a con sus ocho votos coincidiendo con la toma de un mayor n¨²mero de decisiones por mayor¨ªa cualificada. Cuando surge un conflicto hispano-italiano nos duele a ambos. Es como una pelea de familia. Pero quisiera resaltar que el pa¨ªs con el que cada vez nos entendemos mejor es Francia. Y en la Comunidad no se puede hacer gran cosa sin Par¨ªs y Bonn.
P. ?Es el Reino Unido el pa¨ªs con el que peor se lleva Espa?a dentro de la Comunidad?
R. Aunque, como es sabido, nuestra concepci¨®n de Europa est¨¢ en las ant¨ªpodas de la brit¨¢nica, el sentido pr¨¢ctico de los ingleses y su excelente organizaci¨®n en la maquinaria de Bruselas nos permite muchas veces hacer buenos negocios con ellos.
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