Garc¨ªa de Paredes defiende sus proyectos
El arquitecto Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa de Paredes, se enfrenta en estos momentos con algunas cr¨ªticas razonables y razonadas y a otras m¨¢s o menos improvisadas a su trabajo en el Auditorio Nacional de Madrid. Alicia de Larrocha, por ejemplo, aun elogiando la Sala de C¨¢mara, encontr¨® excesiva la presencia ac¨²stica del piano, lo que aument¨®, a los pocos d¨ªas, en un programa de dos pianos. "Tiene toda la raz¨®n Alicia. Pero no estamos ante un defecto de la sala, sino ante su uso indebido. Un recital de una pianista como Larrocha y con un programa de alto virtuosismo debe celebrarse siempre en la sala grande".
"Un auditorio es como un instrumento. Precisa de una exacta y vigilada afinaci¨®n, lo que no es cosa de un d¨ªa. Para empezar, en la Sala Grande existe un gran espacio frontal cubierto provisionalmente por una cortina de tela feble, En ese lugar ir¨¢ el ¨®rgano actualmente en construcci¨®n", afirma Garc¨ªa de Paredes.
Hay, de todos modos, en esta cuesti¨®n de la ac¨²stica otros factores cient¨ªficos y subjetivos. "Entre los primeros habr¨ªa que contar no s¨®lo el tiempo de reverberaci¨®n del sonido y su reflexi¨®n; entre los segundos, una mera y respetable preferencia personal. As¨ª, una autoridad musical como Karajan prefiere la Sala de Boston, de 1900, primera que se proyect¨® con arreglo a las modernas teor¨ªas f¨ªsicas de la ac¨²stica por Wallace C. Sabine, antes que la Philarmonia o la Grossen Musikverein de Viena, precisamente porque la bostoniana es menos reverberante".
"Lothar Cremer est¨¢ m¨¢s satisfecho de los resultados obtenidos en Madrid, por ejemplo, que en la Filarmon¨ªa de Berl¨ªn".
Psicoac¨²stica
Sin embargo existen algunos factores psicoac¨²sticos que son tambi¨¦n importantes, entre ellos lo que Garc¨ªa de Paredes llama la intimidad. "Por una parte, es conveniente esa intimidad -algo parecido al espacio m¨ªstico referido a la arquitectura religiosa-, que si en el factor ac¨²stico se logra desde soluciones de mayor presencia sonora, en el psicol¨®gico depende mucho de la mayor o menor presencia del p¨²blico"."En Berl¨ªn, cada espectador contempla pr¨¢cticamente a todos los restantes. No as¨ª en Madrid, cuyo auditorio grande se basa en principios m¨¢s cl¨¢sicos que los de Scharoun, aun cuando es inevitable contar con un antecedente que marca una ¨¦poca. Scharoun significa para la arquitectura musical la frontera entre un antes y un despu¨¦s. ?C¨®mo ignorarlo entonces? En Berl¨ªn, el sonido, consecuentemente con esa menor intimidad, aparece siempre, incluso desde las localidades m¨¢s cercanas a la orquesta, como distanciado; por el contrario, en Madrid, el sonido posee mayor presencia. Est¨¢ con nosotros, no lejos de nosotros. Cremer, mi equipo y yo hemos trabajado minuciosamente, sin confiar nada a la improvisaci¨®n. Un instrumento nuevo, por bueno que sea, no rinde inmediatamente los mejores resultados. Esto sin contar con el factor de h¨¢bito, m¨¢s determinante de lo que suele creerse.
Babelia
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