Dos salas de primera categor¨ªa
Con motivo de la guerra mundial, la Filarm¨®nica berlinesa se vio obligada a actuar primero en un cine -el Titania Palast-, despu¨¦s de la Escuela Superior de M¨²sica, sala bella y bien acondicionada para conciertos de c¨¢mara pero no para una orquesta sinf¨®nica. Cuando en 1961 se inaugura la nueva Filarmon¨ªa, la mayor¨ªa de los asistentes se sintieron inc¨®modos. Fui testigo de lo que cuento. Al finalizar el concierto coment¨¦ el tema con el bueno y ya viejo Von Benda. Me dijo: "Que esperen alg¨²n tiempo, ya ver¨¢n c¨®mo les gusta, pues esta ac¨²stica es infinitamente superior a la del Titania y a la de la Hochschule". As¨ª sucedi¨® en realidad.No me extra?an, pues, ciertas cr¨ªticas a la ac¨²stica del Auditorio Nacional. M¨¢s a¨²n en un pa¨ªs en el que apenas se construyeron locales para la m¨²sica, si exceptuarnos la Filarm¨®nica de Bilbao (1903), el Palau de la M¨²sica de Barcelona (1918), el Real convertido en sala de conciertos (1966) y el Auditorio de Palma de Mallorca (1969). En Madrid, es ahora cuando se erige el primer auditorio. El pasado ya lo conocemos: teatros, a veces con ac¨²stica p¨¦sima, como el Espa?ol o el Mar¨ªa Guerrero, muy mejorados por el Monumental (quiz¨¢ por su cubicaci¨®n y materiales). Y es ahora cuando aparecen los inconvenientes y las censuras apresuradas.
La ac¨²stica de las dos salas del Auditorio Nacional es excelente, tan rica de presencia, tan s¨®lida por la fuerza de las frecuencias graves, que el p¨²blico -o una parte de ¨¦l- la extra?a. Se habla de "reverberaciones" y de "ecos" (como si fueran la misma cosa) con indescriptible alegr¨ªa. Sin embargo, un maestro como Kurt Masur elogi¨® altamente la ac¨²stica, lo mismo que L¨®pez Cobos o Ros Marb¨¢. Incluso hay quien alude a la Filarmon¨ªa berlinesa para censurar nuestro Auditorio cuando son obra del mismo ingeniero ac¨²stico. Me parece que, salvo una cuesti¨®n de gusto personal, ambas salas, cient¨ªfica y art¨ªsticamente, son buenas. El tiempo de reverberaci¨®n de la grande es igual al del Concert Hall de Boston y menor que el de la Filarmon¨ªa. Cuando se instale el ¨®rgano disminuir¨¢ un poco, lo suficiente para que la definici¨®n, en los pasajes contrapunt¨ªsticos m¨¢s r¨¢pidos, resulte perfecta. En cuanto a la sala de c¨¢mara, la cuesti¨®n es f¨¢cil: no debe utilizarse para g¨¦neros distintos a los que le son id¨®neos.
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