Carrera de fondos
DESDE EL pasado d¨ªa 20 de diciembre, en que se dio el banderazo de salida, los ciudadanos espa?oles se han visto sometidos a un aut¨¦ntico bombardeo publicitario para que suscriban fondos de pensiones. Con el se?uelo de aprovechar la ¨²ltima oportunidad para desgravar, bancos, cajas de ahorro y compa?¨ªas de seguros han sometido al posible inversor a un aut¨¦ntico acoso para recibir su dinero antes de fin de a?o.Sin embargo, detr¨¢s de casi todos los mensajes publicitarios utilizados a tal fin -"No hay nada que desgrave m¨¢s", "Asegure su vejez pagando menos a Hacienda", etc¨¦tera- hay un buen n¨²mero de inexactitudes. Como casi siempre, no es oro todo lo que reluce. Tanto es as¨ª, que el Instituto Nacional de Consumo y la propia Direcci¨®n General de Seguros han salido al paso de esta campa?a, advirtiendo de los peligros que se corren si uno, abrumado por las prisas que imponen las entidades gestoras, se precipita al tomar una decisi¨®n tan trascendental como la inversi¨®n en un fondo de pensiones.
Los fondos y planes de pensiones son un sistema de inversi¨®n positivo, tanto para el propio inversor como para el pa¨ªs en general. Para la econom¨ªa espa?ola, el desarrollo de estos fondos es realmente importante. La bolsa espa?ola carece de grandes inversores institucionales nacionales que aseguren su estabilidad y el volumen del negocio. Los fondos colaborar¨¢n de forma importante al desarrollo de los mercados. En cuanto al inversor, la oferta actual del mercado ofrece grandes oportunidades, tanto desde el punto de vista de la rentabilidad como de la desgravaci¨®n fiscal. Sin embargo, la publicidad de estos productos no describe con detalle algunos aspectos importantes sobre la realidad de los fondos de pensiones.
Muy esquem¨¢ticamente, la legislaci¨®n define los fondos y planes de pensiones como un activo a largo plazo por el que el inversor aporta peri¨®dicamente unas cantidades que se van capitalizando a medida que los gestores del fondo obtienen rentabilidad de esas inversiones. Ese dinero y su capitalizaci¨®n lo recupera el cliente al final del per¨ªodo definido, bien de una vez o bien en mensualidades o anualidades. En caso de fallecimiento lo recibe su heredero. El dinero invertido en estos fondos goza de una importante desgravaci¨®n fiscal, ya que las primeras 500.000 pesetas se deducen directamente de la base imponible -siempre que no superen el 15% de esta base-, y para el resto, hasta un m¨¢ximo de 250.000 pesetas, se aplica una desgravaci¨®n del 15% en la cuota.
Esas ventajas de los fondos de pensiones tienen, sin embargo, contraprestaciones que, por supuesto, la publicidad se ocupa de on?tir en sus mensajes. En primer lugar, este tipo de inversi¨®n no tiene ning¨²n tipo de aseguramiento ni garant¨ªa legal. La capitalizaci¨®n de este dinero depende de la buena actuaci¨®n de los gestores. La experiencia internacional muestra un buen nivel de rentabilidad de estos activos, pero esto no quiere decir que exista un tipo de inter¨¦s asegurado. Adem¨¢s, los beneficios que ofrecen las gestoras son en pesetas constantes; es decir, que no se tiene en cuenta la inflaci¨®n a la hora de valorar el dinero que se recibir¨¢ al final del contrato. Un segundo elemento es la falta de liquidez: en caso de que el inversor quiera recuperar su dinero antes del plazo previsto, deber¨¢ devolver todo el dinero desgravado en los ejercicios anteriores. Adem¨¢s, la ley establece penalizaciones para el inversor que decida cambiar de un fondo de pensiones a otro.
Antes, pues, de tomar una decisi¨®n de este tipo es necesario estudiar con detalle todas las ofertas, ver los pros y los contras y hacer la elecci¨®n sin dejarse llevar por las prisas y por el acoso de las compa?¨ªas gestoras. La alegr¨ªa de una desgravaci¨®n f¨¢cil en el ¨²ltimo minuto puede trocarse en llanto si la econom¨ªa familiar en cuesti¨®n no ha sopesado adecuadamente su capacidad para soportar el esfuerzo inversor al que se compromete.
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