Austria, nexo entre el Este y el Oeste
Karl Johannes von Schwarzenberg, presidente de la Federaci¨®n Internacional de Helsinki para los Derechos Humanos, ve en 1992, a?o de la unidad europea, una oportunidad a aprovechar por Europa del Este. "Los l¨ªderes occidentales deber¨¢n desarrollar ideas de c¨®mo acercar a este proceso a los pa¨ªses socialistas", asegura en v¨ªsperas de que Espa?a asuma la presidencia comunitaria. Para ¨¦l, la idea de involucrar en la CE a pa¨ªses del bloque sovi¨¦tico "no es una novedad, porque ya la RDA es miembro ileg¨ªtimo de la Comunidad, con acuerdos especiales con la RFA. Si Austria -con su funci¨®n de nexo entre el Este y el Oeste- ingresa en la CE, podr¨ªa tener una relaci¨®n similar con Hungr¨ªa".
Si Austria fuera miembro de la CE, dice Von Schwarzenberg, no significar¨ªa un retroceso en los avances alcanzados con pa¨ªses del Este. Podr¨ªan perfectamente existir gremios, confederaciones a la manera escandinava, en la que trabajan juntos pa¨ªses de la OTAN, como Dinamarca y Noruega, y otros, neutrales, como Suecia y Finlandia. Ellos tienen una l¨ªnea a¨¦rea com¨²n, una pol¨ªtica exterior coordinada, etc¨¦tera, y esto puede ser aplicado a Europa central".Schwarzenberg se considera centroeuropeo t¨ªpico. "Una parte de mi familia", dice, "era de Hungr¨ªa; la otra de Alemania. Yo nac¨ª en Praga, tengo nacionalidad suiza y vivo en Austria. Me siento identificado con todas estas naciones". Mantiene el t¨ªtulo de pr¨ªncipe de sus antepasados, que sirvieron en guerras y ministerios en la dinast¨ªa de los Habsburgo, cuyo mandato cubr¨ªa lo que hoy es Europa central.
Schwarzenberg advierte que "no se puede seguir olvidando que los pa¨ªses del Este tambi¨¦n viven en el coraz¨®n de este continente. Praga se sit¨²a m¨¢s al Oeste que Viena". El pasado com¨²n y unidad cultural que siempre han existido, se han intensificado en el proceso de la perestroika. "Los cambios all¨ª se suceden a un ritmo tan, acelerado que en los a?os noventa, cuando el mercado com¨²n sea realidad, algunos pa¨ªses de Europa del Este van a ser los m¨¢s interesados en asociarse de alguna manera a esta Europa unida. Tampoco podemos adivinar c¨®mo se ver¨¢ el continente en 5 o 10 a?os. Los procesos de cambio se est¨¢n dando vertiginosamente".
Independencia creciente
La perspectiva de que los pa¨ªses del bloque sovi¨¦tico se desarrolla cada vez con m¨¢s independencia del poder central la ve Schwarzenberg como un resultado "no s¨®lo de la bondad del se?or Gorbachov, sino simplemente porque est¨¢n quebrados. Cuando el imperio brit¨¢nico ya no fue capaz de seguir financiando a la mayor flota del mundo, ese mismo d¨ªa dej¨® de existir como tal. Lo mismo ocurrir¨¢ en la Uni¨®n Sovi¨¦tica".
Schwarzenberg, como presidente de la federaci¨®n de Helsinki, ve una notable mejora en el terreno de los derechos humanos -con la excepci¨®n de Rumania, Bulgaria y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana-.
"Un ejemplo de esta libertad relativa es el reciente congreso sobre derechos humanos realizado en la ciudad polaca de Cracovia, en el que participaron 600 invitados internacionales. Resulta sorprendente si se tiene en cuenta que el evento fue organizado por el sindicato ilegal Solidaridad".
A comienzos del a?o 1988, la federaci¨®n tuvo la posibilidad de discutir la situaci¨®n de los derechos humanos con funcionarios sovi¨¦ticos en Mosc¨². "Son signos de cierta libertad que me recuerdan a Espa?a en los ¨²ltimos a?os de Franco. Con excepci¨®n del retroceso al final del r¨¦gimen, cuando fueron sentenciados a la pena capital varios miembros de ETA. Era una libertad limitada, pero es comparable con la de Europa del Este. Esta situaci¨®n hay que registrarla y trabajar en esa direcci¨®n".
Schwarzenberg asegura que si se mantienen estos aires de glasnost las posibilidades de acercamiento Este-Oeste ser¨¢n m¨¢s factibles. Sin embargo, la Europa unida "dif¨ªcilmente podr¨¢ incluir a la URSS en su forma actual de superpotencia. Si se ponen en un solo establo 3 vacas, 5 cabras, 10 conejos y finalmente un elefante, lo m¨¢s probable es que el elefante domine al resto de los animales, y tambi¨¦n es pronosticable que los m¨¢s peque?os no querr¨¢n a presencia del m¨¢s grande". De todos modos, asegura que "ser¨¢ un problema equilibrar el poder de las naciones m¨¢s grandes, como Alemania Occidental, Reino Unido y Francia, con las menos poderosas".
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