Santa Telef¨®nica
Hace ya dos a?os que lo solicit¨¦ y se hace de rogar. El se?or Solana me tiene incomunicada en este mi destierro de plaza de Castilla, desde donde contemplo, impotente, c¨®mo menguan d¨ªa a d¨ªa mis relaciones sociales.Todas las semanas escribo largas cartas a mi amada CTNE y corro ansiosa al buz¨®n todas las noches en espera de respuesta, que nunca llega.
Pero todo tiene su lado divertido. ?Si ustedes pudieran ver con qu¨¦ cara de asombro comentan mis amigos al recibir mi tarjeta: .?Pero a¨²n no tienes tel¨¦fono?"
Y c¨®mo envidio a mis vecinos: a la se?ora gorda del sexto, a la vieja del noveno, al borracho del segundo y a tantos otros que a¨²n contemplan con estupor la factura mensual, esa dichosa factura que tanto a?oro.
Ya no me quedan opciones. Seguir¨¦ rezando a santa Telef¨®nica para que me conceda el milagro y que de una vez para siempre seamos todos iguales ante la l¨ªnea.-
Luz Escribano.
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