La primera exposici¨®n sobre desnudos descubre la curiosidad sexual de la sociedad china
10.000 personas desfilan diariamente ante un centenar de cuadros de estilo academicista
JORGE SVARTZMAN, El desnudo se ha abierto paso en China, dejando al descubierto muchos fantasmas sexuales y las limitaciones art¨ªsticas que padecen los creadores de este pa¨ªs. La Exposici¨®n de cuerpos humanos al ¨®leo, como se denomina la muestra, se realiza en Pek¨ªn entre el 22 de diciembre y el 8 de enero. Un centenar de desnudos, obras de 20 profesores de la Academia de Bellas Artes, atrae cada d¨ªa a unos 10.000 visitantes, que no vacilan en pagar la mitad de una jornada de trabajo por la entrada. El desnudo hab¨ªa estado terminantemente prohibido durante, la revoluci¨®n cultural mao¨ªsta.
M¨¢s que sobre el cuerpo, las obras parecen versar sobre los silencios que pesan sobre ¨¦l: ninguna tiene t¨ªtulo, s¨®lo un n¨²mero las identifica, y la b¨²squeda de rigorismo anat¨®mico acalla en las carnes todo vislumbre sensual y todo regocijo de tener que cargar una osamenta. La financiaci¨®n misma de la muestra es significativa: se debe a una editorial de la provincia de Guangxi, que publica libros er¨®ticos.Los pintores se han valido de dos coartadas mayores para lograr el placet de la censura: el academismo y la abstracci¨®n. Meng Luding, autor de una serie de ampliaciones de penes entarimados, advierte: "Mi obra es abstracta, no hay que referirse a ella de manera demasiado concreta".
La seriedad y la tristeza que emanan del conjunto tienen para Chao Ge, otro artista, una explicaci¨®n: "Los pintores no tienen ganas de re¨ªr; sus condiciones de vida son duras". El p¨²blico, que evoluciona entre los paneles sin chistar, se agolpa frente a los cuadros m¨¢s figurativos movido por una curiosidad sexual mal satisfecha; hay estudiantes, obreros, soldados con una edad promedio de 25 a 30 a?os.
Protesta de las modelos
El consenso alrededor del silencio, sin embargo, fue roto por las modelos, que se quejan de haber salido del anonimato. La academia siempre les prometi¨® discreci¨®n hacia una profesi¨®n juzgada deshonrosa por la mayor¨ªa de la gente. Cinco obras ya han sido retiradas por demanda de las interesadas, y muchas de ¨¦stas amenazan con ir a juicio.
"Este trabajo me permite triplicar mi sueldo de maestra, pero vivo con el temor de que mi familia se entere", comenta X, una joven y bella modelo, que, sin embargo, apuntilla: "No quiero hablar de sexualidad; detesto hacer el amor".
Los diarios refirieron que el d¨ªa de la inauguraci¨®n alguna de ellas se vio obligada a alejar a su marido de la pantalla de televisi¨®n, y que otra pregunt¨® a su c¨®nyuge: "?Qu¨¦ har¨ªas si supieras que poso?". "Me divorciar¨ªa de inmediato", le contest¨® ¨¦l. Tambi¨¦n hay algunas que quieren recibir parte de los derechos de autor de las obras, que se vender¨¢n a compradores japoneses, por precios que var¨ªan entre los 2.000 y los 20.000 d¨®lares.
No son s¨®lo tab¨²es morales, sino tambi¨¦n limitaciones acad¨¦micas, que pesan sobre los artistas. La pintura al ¨®leo lleg¨® a China de la mano de los retratistas jud¨ªos en los siglos XVIL y XVIII, pero la mayor¨ªa de las escuelas (con la excepci¨®n del realismo socialista) fueron condenadas durante los a?os del mao¨ªsmo. Durante la revoluci¨®n cultural (1966-76) la exhibici¨®n del cuerpo humano desnudo estaba completamente prohibida y se consideraba que los cuadros que incurr¨ªan en ese tipo de "desviaciones" reflejaban "las influencias occidentales decadentes".
La muestra actual ofrece, pues, a los pintores, que cuentan por lo general entre 50 y 60 a?os de edad, la posibilidad de reanudar el v¨ªnculo con el arte occidental all¨ª donde no hab¨ªa sido cortado: para algunos es el puntillismo o el neoimpresionismo, muchos vuelven a cargar sus pinceles expresionistas, algunos dan en el fauvismo o la pintura metaf¨ªsica o incluso en el surrealismo.
Pero los a?os no pasan en vano, ni las purgas, la censura o la "reeducaci¨®n por el trabajo", a la que la mayor¨ªa de los intelectuales se ha visto sometido en China; el resultado es, si cabe imaginarlo, un Egon Schiele sin la indolencia de sus vulvas entreabiertas, un Matisse o un Gauguin sin lujuria, un Man Ray sin montaje m¨¢gico...
Curiosamente, algunas figuras parecen ensamblajes de cabezas de chinas con cuerpos de occidentales: senos abultados, caderas arqueadas, nalgas salientes y pubis entrados, hombros relajados, m¨¢s acordes con el esquema corporal de europeas que de mujeres orientales, como si los pintores locales siguiesen ligados a las reproducciones de las matronas teutonas que marcaron sus a?os de aprendizaje.
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