Acusado de plagio reiterado el responsable de la Uni¨®n de Escritores de la Uni¨®n Sovi¨¦tica
Un esc¨¢ndalo de repercusi¨®n internacional ha estallado en los cen¨¢culos intelectuales moscovitas en torno al primer secretario de la Uni¨®n de Escritores de la URSS, Viadimir Karpov, acusado -en un bien preparado informe llegado a manos de esta corresponsal- de reiterados plagios y de haber hecho pasar por represi¨®n estalinista sus antecedentes penales como "atracador" callejero en su juventud. El informe, acompa?ado de extensos estudios comparativos sobre textos de Karpov, ha sido confeccionado por escritores miembros de la asociaci¨®n profesional que ¨¦ste dirige.
Fuentes relacionadas con el caso aseguran que los comprometedores materiales han sido remitidos al Comit¨¦ Central del Partido, Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS), del cual Karpov, es miembro de pleno derecho desde 1988. Desde el pasado noviembre, Karpov, de 66 a?os, poseedor del t¨ªtulo de h¨¦roe de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, es miembro de la "comisi¨®n ideol¨®gica" del PCUS, que preside Vadim Medvedev. La Uni¨®n de Escritores es una poderosa organizaci¨®n de m¨¢s de 10.000 socios fundada en 1934.Hoy, cuando la pol¨ªtica de Mijail Gorbachov rehabilita a los "malditos" de anta?o, la Uni¨®n de Escritores vive una etapa de crisis y replanteamiento que afecta a los profesionales de la pluma privilegiados con tiradas de millones de ejemplares y a quienes fueron marginados del monopolio editorial.
La dimensi¨®n internacional del esc¨¢ndalo que afecta a Karpov viene de la concesi¨®n a este funcionario del t¨ªtulo de doctor honoris causa de la Universidad de Edimburgo en 1987 por su papel en la rehabilitaci¨®n del poeta ruso Nikola¨ª Gumiliov, fusilado por contrarrevolucionario en 1921. En 1986, Karpov se ofreci¨® para escribir el pr¨®logo de las obras de este poeta en la URSS, y public¨® un art¨ªculo dedicado a ¨¦l en el semanario Ogoniok. La universidad escocesa le concedi¨® los laureles por la iniciativa.
En 1988, al ampliarse el acceso a fondos restringidos en las bibliotecas, avispados escritores descubrieron que el pr¨®logo en cuesti¨®n coincide casi literalmente, y en una longitud de seis p¨¢ginas a m¨¢quina, con el que escribiera Gleb Struve para unas Obras completas de Gumiliov publicadas en 1962, en Washington. Struve, hijo de un famoso pol¨ªtico liberal ruso, vivi¨® en la emigraci¨®n y es considerado una autoridad en la cr¨ªtica literaria rusa.
Extensos fragmentos
La lista de presuntos plagios de Struve incluye 28 fragmentos, algunos muy extensos, y 13 fragmentos m¨¢s que coinciden con un art¨ªculo de V. Enisherlov publicado en Ogoniok pocos meses antes que el de Karpov.
Y no s¨®lo eso. El informe contiene comparaciones entre Polkovodez (El caudillo), publicada por Karpov en 1985 y premiada con el Premio Estatal de la URSS en 1986, y D¨ªas distintos de la guerra (1977), del sovi¨¦tico Konstantin Simonov, muerto en 1979.
A juzgar por los textos, ambos procesaron del mismo modo sus impresiones. "En tal ventisca no se pod¨ªa ni hablar de observar los objetivos. Se dispara a ciegas, seg¨²n las coordenadas previamente establecidas", escrib¨ªa Simonov. "En tal ventisca no se pod¨ªa ni hablar de observar los objetivos. Se disparaba seg¨²n las coordenadas previamente establecidas", escrib¨ªa entonces Karpov.
Polkovodez es una obra autobiogr¨¢fica donde Karpov cuenta que en 1941 fue v¨ªctima del culto a la personalidad de Stalin y fue juzgado por "comprometer al jefe". Tras pasar por campos de concentraci¨®n, fue enviado al frente en 1942 en un batall¨®n de castigo. Tales batallones, seg¨²n se?ala el informe, no estaban formados por presos pol¨ªticos, sino por delincuentes comunes. En 1968, Karpov, entonces coronel retirado, daba una versi¨®n de su pasado, ignorada despu¨¦s en una revista especial del Ministerio del Interior para instituciones penitenciarias.
La revista Knovoi Zhizni (Hacia una nueva vida) ha sido desenterrada de los fondos especiales restringidos, y el art¨ªculo en cuesti¨®n, difundido en fotocopias que han causado sensaci¨®n colgadas en el tabl¨®n de anuncios de una revista moscovita.
"Cuando ven en mi pecho la estrella de oro de h¨¦roe de la URSS, nadie sospecha seguramente que hubo un tiempo en el que yo llevaba el uniforme de prisionero y trabajaba talando bosques en la taiga bajo vigilancia", escrib¨ªa Karpov en tono moralizante dedicado a los reclusos sovi¨¦ticos. "Cuando hay que intervenir ante otro auditorio yo no cuento esto. Da verg¨¹enza. He sido juzgado dos veces. La primera vez, por atraco", revelaba. "Quer¨ªa impresiones fuertes, independencia, un cierto misterio. Me parec¨ªa que s¨®lo entre delincuentes hab¨ªa chicos valientes y temerarios...". La segunda condena fue "inmerecida, por calumnia", agregaba Karpov.
En la casa de un ministro corrupto
En la c¨¦ntrica avenida Kutuzovski de Mosc¨², vecino de los antiguos domicilios de Leonid Breznev y Yuri Andropov, hay un lujoso piso que, pese a sus 205 metros cuadrados (la media de espacio por habitante moscovita es de nueve metros cuadrados), sus lavabos de m¨¢rmol de colores y sus salones, era rechazado sistem¨¢ticamente por muchos altos funcionarios en cuanto se enteraban de qui¨¦n hab¨ªa sido el ¨²ltimo inquilino.
Tres a?os estuvo as¨ª, vac¨ªo, el hogar del ministro del Interior de Breznev, Nikolai Shchelekov, que se suicid¨® en diciembre de 1984, antes de que la justicia fuera por ¨¦l. Hoy, aseguran medios bien informados, este es el hogar de VIadimir Karpov. Lo consigui¨® el a?o pasado y las fuentes aseguran que Egor L?gachov, miembro del PolitIpur¨®, llam¨® a Lev Zaikov, el responsable del partido en Mosc¨², antes de que la casa fuera adjudicada.
Karpov, considerado un hombre centrista y de compromiso entre distintas tendencias al ser elegido primer secretario de la Uni¨®n de Escritores en 1986, mostr¨® su escoramiento a la derecha en marzo de 1988, cuando, con las bendiciones de Ligachov, apareci¨® en Sovietskaia Rossia el denominado Manifiesto conservador de la profesora de qu¨ªmica Nina Andreieva.
Karpov se desentendi¨® de la declaraci¨®n conjunta de apoyo a la democratizaci¨®n realizada por las otras asociaciones intelectuales sovi¨¦ticas en respuesta a Andreieva.
Medios bien informados aseguran que Karpov incluso defendi¨® a la profesora y expres¨® telef¨®nicamente su solidaridad al director de Sovietskaia Rossia.
La intervenci¨®n de varios escritores con cargos dirigentes en la Uni¨®n produjo finalmente una respuesta en solitario y con retraso de la entidad.
Hoy, VIadimir Karpov, antiguo director de la revista Novi Mir, anfitri¨®n de Reagan durante su visita a Mosc¨², es candidato a diputado del Congreso de Diputados Populares en las elecciones del 26 de marzo.
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