20 a?os de poes¨ªa a la orilla del mar

"Cuando poetas y pintores tengan poco dinero, es mejor que roben algo a que den conferencias", escribi¨® Gerald Brenan, y as¨ª lo recoge la revista malague?a Litoral en el n¨²mero especial que celebra el inesperado acontecimiento de que una revista de poes¨ªa alcance en Espa?a , 20 a?os de edad. Bien es verdad que en una tercera ¨¦poca. Fundada por los poetas malague?os Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, la revista vivi¨® una primera brillante etapa de nueve n¨²meros en 1926-1927, en la que escribieron algunos de sus primeros versos Alberti y Cernuda, Bergam¨ªn y Guill¨¦n, Garc¨ªa Lorca y Diego, entre otros. Luego ha reflejado otros momentos de la poes¨ªa espa?ola.

Tras la guerra, en M¨¦xico, Litoral recogi¨® la literatura de la Espa?a del exilio, y en mayo de 1968, en una de las varias sugerentes coincidencias de su existencia, fue refundada por su actual director, Jos¨¦ Mar¨ªa Amado, con la espec¨ªfica intenci¨®n de limpiar a aqu¨¦l grupo de poetas de toda la paja ret¨®rica y pol¨ªtica con que el discurso oficial los hab¨ªa ido envolviendo. Para empezar, seguir Amado, el verdadero nombre de lo que se ha venido llamando Generaci¨®n del 27 no debe ser otro que el de Generaci¨®n de la Rep¨²blica o, si se quiere, Generaci¨®n de Litoral. El 27 es un nombre interesado, piensa.Amado propone Generaci¨®n de la Rep¨²blica por el evidente florecimiento de las letras en un tiempo en el. que el principal agobio del jefe del Estado, Manuel Aza?a, era el de no poder escribir. O Generaci¨®n de Litoral porque esta revista no s¨®lo dio cobijo a los primeros versos de algunos -La amante, de Alberti, Perfil del aire, de Cernuda, o Ambito, de Aleixandre, entre otros-, sino porque a juzgar por el anecdotario del grupo, la vida que se pegaban los redactores de la revista en M¨¢laga fue causa de tal codicia que el grupo estuvo a punto de trasladarse a la costa desde Madrid.

Por lo dem¨¢s, tambi¨¦n fue Litoral en parte responsable del nombre Ceneraci¨®n del 27, pues la revista consagr¨® un n¨²mero especial al entonces olvidado Luis de G¨®ngora, homenaje tradicionalmente citado como el aglutinante del grupo. Otros hechos memorables de ese homenaje y de ese a?o, recuerda Amado, fueron las meadas de los vanguardistas Alberti, Lorca y otros en la puerta de la Academia, o la misa por G¨®ngora en la que los cat¨®licos deb¨ªan identificarse con un clavel en la solapa; all¨ª fue cuando el cura dio el p¨¦same a Bergam¨ªn por creer que su aspecto compungido se deb¨ªa a un persistente duelo por el muerto.

"No temo mi muerte literaria", dice. Litoral sale unas cuatro veces al a?o. Este n¨²mero, de coleccionista, recoge textos memorables, caligraf¨ªas, correspondencia, ilustraciones varias, y ello en el nuevo estilo que le ha sabido dar el nuevo codirector, Lorenzo Saval.

La revista tira unos 3.500 ejemplares cada vez, de los que 800 van al extranjero, y de ellos, 600 a universidades. La suscripci¨®n anual no llega a las 5.000 pesetas, y los 1.400 suscriptores particulares cubren un arco amplio. Quiz¨¢ se deba a que, como dijo Brenan, "poetas y pintores est¨¢n fuera del sistema de clases, o mejor dicho, constituyen una clase propia especial, como la gente del circo y los gitanos".