Relevo en la Casa Blanca
De acuerdo con una reciente publicaci¨®n del Ej¨¦rcito de Estados Unidos, los conflictos de baja intensidad (CBI) en el Tercer Mundo representan "la forma m¨¢s probable de acto b¨¦lico en la que Estados Unidos estar¨¢ implicado en lo que queda de siglo".Durante los ocho ¨²ltimos a?os, la Administraci¨®n de Reagan ha seguido una pol¨ªtica de proyecci¨®n militar en el Tercer Mundo, desde Asia hasta Africa y Centroam¨¦rica: apoyo a la contrarrevoluci¨®n y a favor de los Gobiernos pronorteamericanos frente a movimientos rebeldes de la izquierda, utilizando la doctrina de Reagan destinada a desestabilizar y fomentar la revuelta contra los reg¨ªmenes de izquierda.
En la medida en que las iniciativas sovi¨¦tica y norteamericana disminuyan la tensi¨®n nuclear y la Administraci¨®n de Bush consiga el objetivo de reducir las fuerzas convencionales de EE UU, podr¨¢ mantenerse la credibilidad de la opci¨®n a favor de los conflictos de baja intensidad en el Tercer Mundo. La defensa en Europa y en el Pac¨ªfico se repartir¨¢, probablemente, de forma m¨¢s equitativa entre la OTAN. y Jap¨®n, mientras que la responsabilidad del mantenimiento de la paz, en un nivel regional o local, seguir¨¢ en manos de Estados Unidos. Por otra parte, las dificultades que tiene EE UU con el d¨¦ficit de la balanza de pagos y la enorme deuda nacional contribuyen a hacer m¨¢s atractivos los programas militares de alta eficiencia y bajo coste.
Esta idea est¨¢ ya esbozada en el informe Discriminate deterrence, patrocinado por el Gobierno y publicado en enero de 1988. Sin embargo, las actitudes oficiales sobre la opci¨®n militarista se han suavizado en los dos ¨²ltimos a?os, en parte, por el esc¨¢ndalo Irangate y, en parte, porque tiene prioridad la consolidaci¨®n de las relaciones bilaterales entre EE UU y la URSS sobre la obtenci¨®n de ventajas marginales en conflictos del Tercer Mundo; recientemente, las soluciones militares han dejado paso a las diplom¨¢ticas en zonas de conflictos de baja intensidad, desde Afganist¨¢n hasta Camboya y de Angola a Nicaragua.
?Qu¨¦ importancia tendr¨¢n los CBI en el programa internacional de la nueva Administraci¨®n de Bush? Aunque no haya habido declaraciones significativas desde su elecci¨®n, hay indicios de que el presidente electo, Bush, podr¨ªa moderar su pol¨ªtica exterior. La pol¨ªtica de la nueva Administraci¨®n respecto al Tercer Mundo, considerado como escenario de la guerra fr¨ªa, estar¨¢ condicionada por su relaci¨®n con la Uni¨®n Sovi¨¦tica de Mijail Gorbachov.
El Georges Bush que ha surgido ¨²ltimamente en los medios de comunicaci¨®n es un pragm¨¢tico que, en contraste con su predecesor, sabe escuchar y busca m¨¢s la conciliaci¨®n que la confrontaci¨®n. Desde luego, el perfil del equipo de Bush es, hasta ahora, menos conservador que el de Ronald Reagan de 1980.
El nombramiento de James Baker, antiguo jefe de gabinete y secretario del Tesoro de la Administraci¨®n saliente, como secretario de Estado implica un ¨¦nfasis en el comercio y en las cuestiones econ¨®micas internacionales por encima de los enfrentamientos ideol¨®gicos.
Todo permite pensar que la omnipotencia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) bajo la era de Reagan ha terminado con los nombramiento que ha hecho Bush de los no ide¨®logos: Bren Scoweroft, consejero de seguridad nacional, y William Webster, director de la CIA.
Para continuar con la pol¨ªtica de Reagan en el Tercer Mundo, Bush tendr¨¢ que luchar con un Congreso de diputados controlado por un Partido Dem¨®crata m¨¢s fuerte y agresivo, enfrentando al reaganismo y que propone un proyecto de pol¨ªtica exterior propio. El l¨ªder de la mayor¨ªa del Senado, George Mitchell, y el portavoz de la C¨¢mara, Jim Wright, ambos dem¨®cratas, tienen ser¨ªas diferencias con la pol¨ªtica exterior republicana. Los otros eres cargos m¨¢s importantes de Congreso ahora tambi¨¦n son dem¨®cratas y opuestos a la pol¨ªtica de Reagan en Am¨¦rica Central. Es probable que un intento le ratificar la pol¨ªtica exterior de defensa, tal como la conocirros de 1981 a 1986, ser¨ªa fuertemente contestado por el nuevo Congreso.Como republicano, Bush tiene el espacio pol¨ªtico suficiente para aplicar una l¨ªnea m¨¢s moderada que la de su predecesor, aun a riesgo de ser atacado por el sector m¨¢s ultraconservador de su partido, como le ocurri¨® a Ronald Reagan en el pasado dicienit re cuando negoci¨® el tratado de reducci¨®n de misiles de alcance medio con la URSS. Richard Viguerie, uno de los l¨ªderes de la nueva derecha, declar¨® recientemente que estaba muy decepcionado con los nombramientos y que, "aparte del nuevo jefe del gabinete de la Casa Blanca, John Sununu [de ideolog¨ªa conservadora], Bush no nos ha aportado nada".
La doctrina de Reagan ha sido un instrumento ¨²til para construir la coalici¨®n entre los republicanos y los miembros de la llamada nueva derecha, mientas que los CBI permanecen como un poderoso s¨ªmbolo del pensamiento de Estados Unidos. La derecha cree que la retira la de los sovi¨¦ticos de Afganist¨¢n y las negociaciones en curso en Camboya, Angola y Nicaragua son resultado directo de la ayuda de Estados Unidos por las desvastadoras guerras d desgaste que Washington patrocin¨® all¨ª en los a?os ochenta. Adem¨¢s, la derecha est¨¢ descontenta con el reciente acuerdo de Angola, consider¨¢ndolo como "una completa traici¨®n a Savimbi y UNITA", y se opone radicalmente a retirar el apoyo a la contra nicarag¨¹ense. Si para George Bush pragmatismo significa calcular el efecto de una estrategia en un ¨¢mbito pol¨ªticamente agresivo, mantener los conflictos baratos y de bajo riesgo en el Tercer Mundo puede resultarle positivo.
Todo parece indicar que los CBI de apoyo a los contrarrevolucionarios se diferenciar¨¢n en la etapa de la Administraci¨®n de Bush. Podemos esperar pocos cambios en la lucha contra los movimientos guerrilleros. El nivel de los fondos puede ser recortado (por ejemplo, 750 millones de d¨®lares fue la ayuda total a El Salvador y a Filipinas el pasado a?o), aunque el Congreso apoya todav¨ªa los objetivos del programa. Adem¨¢s, las ayudas para consolidar los Gobiernos pronorteamericanos no violan las leyes internacionales y est¨¢n menos sujetas a presiones interiores que las guerras de la CIA. -
Los CBI, como objetivos patrocinados por la CIA, dependen m¨¢s de la voluntad del presidente y de las condiciones pol¨ªticas generales. Las circunstancias actuales favorecen las negociaciones entre el Gobierno y los rebeldes en Afganist¨¢n, Angola y Camboya. No es probable que Bush fomente la ayuda militar a los rebeldes nicarag¨¹enses con la energ¨ªa demoniaca de su predecesor. En una reciente conferencia de prensa, el presidente electo prometi¨® continuar la ayuda a la contra, aunque indic¨® que est¨¢ "totalmente dispuesto a fomentar la paz".
El subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Elliot Abrams, enemigo implacable del r¨¦gimen sandinista, ser¨¢ reemplazado por un moderado. En este momento la nueva Administraci¨®n norteamericana refleja una disminuci¨®n en su compromiso con el anticomunismo y parece ser que la pol¨ªtica de Estados Unidos en el Tercer Mundo ser¨¢ menos violenta que en los ¨²ltimos ocho a?os.
Robert P. Mathewses profesor de la universidad de Nueva York.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- CIA
- Ronald Reagan
- Tercer mundo
- George H. W. Bush
- Investidura presidencial EEUU
- Elecciones EE.UU.
- Servicios inteligencia
- Pol¨ªtica exterior
- Toma posesi¨®n
- Espionaje
- Geopol¨ªtica
- Actos pol¨ªticos
- Seguridad nacional
- Gobierno
- Fuerzas seguridad
- Administraci¨®n Estado
- Relaciones exteriores
- Defensa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Justicia
- Estados Unidos
- Norteam¨¦rica
- Am¨¦rica