Pel¨ªculas que dejar¨¢n huellas
En 1988 se inici¨® la recuperaci¨®n del cine europeo y el despegue del chino
En el cine europeo, 1988 quedar¨¢ como un punto de partida. El impulso creado por el A?o Europeo del Cine y la Televisi¨®n (iniciativa conjunta de la CE y el Consejo de Europa) ha dado los primeros pasos hacia una pol¨ªtica europea conjunta en materia cinematogr¨¢fica y para la definici¨®n de un espacio audiovisual europeo, que permitir¨¢ a esa aspiraci¨®n unitaria apoyarse en una base jur¨ªdica firme. En las ant¨ªpodas, China ha dado un gran salto adelante, y en EE UU los espectadores siguen aumentando. A la sombra de estos hechos, llegaron a Espa?a obras con voz propia en el cine moderno.
En Espa?a s¨®lo de refil¨®n nos ha tocado observar (en Sorgo rojo, que barri¨® en el Festival de Berl¨ªn a la flor del cine de Hollywood) uno de los fen¨®menos m¨¢s interesantes del cine moderno: la salida a la luz de la quinta generaci¨®n del cine chino.Esta generaci¨®n, compuesta por un pu?ado de j¨®venes t¨¦cnicos y cineastas formados en la escuela de Pek¨ªn, no s¨®lo ha sacado al cine de China del vac¨ªo creado por la revoluci¨®n cultural, sino que han creado alrededor de ¨¦l un clima de expectaci¨®n en todo el mundo, sobre todo cuando las pel¨ªculas son dirigidas por Zhang Yimou y Chen Kaige, cineastas que, con poco m¨¢s de 30 a?os, se han puesto en vanguardia del cine mundial. Prosigui¨® el gota a gota de la recuperaci¨®n del cine ruso aplastado por el estalinismo. Conocimos la obra de Alexei Guerman: Mi amigo Ivan Lapshin, Veinte d¨ªas sin guerra y Control de los caminos. Y hay que a?adir al ¨¦xito de Ojos negros el estreno de Ivan Oblomov y La esclava del desierto, que han situado a Nikita Mijalkov entre los divos de ]la pantalla europea. Cerr¨® esta, resurrecci¨®n La comisaria, de Alexandr Askoldov, gran m¨¢rtir de las purgas en el cine.
Lista de oro europea
Lo mejor nos lleg¨® de Europa occidental. Baste con estos t¨ªtulos: las francesas Adi¨®s, muchachos y Cuatro aventuras de Reinette y Mirabelle, las italianas El ¨²ltimo emperador y La familia, las inglesas Un mundo aparte, Un pez llamado Wanda y Distant voices, la danesa El fest¨ªn de Babette, la alemanas Cielo sobre Berl¨ªn y Bagdad caf¨¦, la belga Crazy love, la sueca Mi vida como un perro y (sin estrenar) la italiana La leyenda del santo bebedor, la danesa Pelle, las polacas No matar¨¢s, No amar¨¢s y Madre Krol, y la griega Paisaje en la niebla.Un total de 17 pel¨ªculas de alta calidad, obra de 15 cineastas de talento (Malle, Rohmer, Bertolucci, Scola, Menges, Chrichton, Terence Davies, Gabriel Axel, Wenders, Adlon, Dominique Deruddere, Bille August, Ermanno Olmi, Krisztof Kieslowski y Theo Angelopoulos) que abarcan todos los estilos y que constituyen, junto a sus actores y t¨¦cnicos, una lujosa carta de presentaci¨®n para el optimismo fundacional del A?o Europeo del Cine, cuyos primeros pasos encuentran en estos y en otros nombres el terreno adecuado para estimular el crecimiento de la hoy exigua oferta audiovisual europea y para hacer posible la creaci¨®n de un espacio audiovisual europeo, basamento jur¨ªdico del proceso expansivo del cine europeo, que tuvo su a?o cero en este 1988. De Latinoam¨¦rica no nos llega cine, salvo en la televisi¨®n. Hace una semana se emiti¨® Imagen latente, del chileno Pablo Perelman, que es un monumento del ingenio resistencial contra Pinochet. La cubana Plaf, dirigida por Juan Carlos Tab¨ªo, disc¨ªpulo con voz propia del gran Guti¨¦rrez Alea, es otro filme de primera l¨ªnea, como La deuda interna, de Miguel Pereira, que, con Alfredo Aristarain, da confianza en el cine argentino.
La contribuci¨®n espa?ola a estos aires de elevaci¨®n en cantidad y calidad del cine europeo fue en 1988 muy escasa, aunque penetrante gracias a dos filmes: Remando al viento, de Gonzalo Su¨¢rez, y, sobre todo, Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Almod¨®var, que ha roto todas las fronteras y ha convertido a la actriz Carmen Maura en una de las m¨¢ximas estrellas del cine europeo.
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