Amadou Kamara

El hecho de ser el primer trabajador africano que lleg¨® a Santa Coloma de Famers (Gerona) ha convertido a Amadou Kamara en el l¨ªder indiscutible de los ciudadanos originarios del ?frica negra asentados en la zona. Pero este gambiano de 32 a?os no tiene ambiciones de liderazgo. Su esperanza es convivir y trabajar en el seno de una comunidad que estos d¨ªas experimenta sentimientos divididos. Est¨¢ nervioso, y se nota que los hechos racistas que han ocurrido ¨²ltimamente han llevado a que su cargo de presidente de la Asociaci¨®n de Africanos de las Comarcas Gerundenses le sentara un poco ancho.

Los padres de Amadou se dedican al comercio en la capital de Gambia, Banjul, donde regentan una tienda de material el¨¦ctrico. ?l es el tercero de cuatro hermanos y el ¨²nico de ellos que se ha lanzado a la aventura de la inmigraci¨®n. M¨¢s por deseo de ampliar horizontes que por necesidad, Amadou Kamara sali¨® de su pa¨ªs hace ocho a?os, incitado por la correspondencia que manten¨ªa entonces con un amigo que trabajaba en la Rep¨²blica Federal de Alemania. Pero Amadou eligi¨® Catalu?a por razones que ¨¦l mismo no sabe explicar, y abandon¨® a su familia, sus amigos y su empleo en una f¨¢brica de algod¨®n.Lleg¨®, sin saber c¨®mo, a Malgrat de Mar (Barcelona), donde trabaj¨® en un camping. Un a?o despu¨¦s, Kamara march¨® a Santa Coloma de Farners y all¨ª fue contratado como temporero en las plantaciones agr¨ªcolas. Mano de obra barata, barat¨ªsima. Cavando la tierra, podando ¨¢rboles y manipulando tractores, pas¨® su primera ¨¦poca en la comunidad colomense cuando ser africano a¨²n era algo ex¨®tico. Cuando su proliferaci¨®n no era presentada todav¨ªa como una supuesta amenaza para la imagen del pueblo. Y, sobre todo, cuando los trabajadores africanos, por ser pocos, a¨²n no estaban organizados ni hab¨ªan tomado conciencia de su discriminaci¨®n.

En 1987, Kamara regres¨¦ a Gambia para casarse. Ha sido la ¨²nica vez que ha vuelto a su pa¨ªs de origen desde que lleg¨® a Catalu?a, aunque en seguida regres¨® a Santa Coloma acompa?ado de su esposa. Fue entonces cuando su horizonte laboral cambi¨®. Se dio cuenta de que trabajar por cuatro chavos sin derecho a vacaciones ni a otros privilegios de blancos no le conven¨ªa, y decidi¨® trabajar por su cuenta cortando madera de brezo para venderla despu¨¦s.

Amadou, que tiene una hija, Mar¨ªa, de siete meses, no tiene claro a¨²n si quedarse o regresar. Los problemas de los africanos en Santa Coloma, explica, empezaron en 1987, cuando el Ayuntamiento puso en circulaci¨®n un carn¨¦ de identidad para extranjeros, que curiosamente s¨®lo se ha expedido a los ciudadanos de tez negra. De esta y de otras discriminaciones, Amadou culpa exclusivamente al consistorio y a la Polic¨ªa Municipal. "Nunca he tenido problemas con los vecinos del pueblo".

La vida de los africanos en Santa Coloma ha cambiado. Antes iban a la discoteca y a los bares; su vida era m¨¢s tranquila y social. Hoy, en sus ratos libres, se encierran en sus domicilios para charlar, ver la televisi¨®n o celebrar sus fiestas.