?lvaro Fern¨¢ndez-Villaverde
Cuando la nobleza impone obligaciones
Es todo un noble y una persona muy especial. Marqu¨¦s del Viso, marqu¨¦s de Pozo Rubio, duque de San Carlos, dos veces grande de Espa?a, naci¨® con la vida resuelta en medio de un exquisito patrimonio. No s¨®lo hered¨® eso, sino tambi¨¦n el criterio familiar de que el patrimonio hay que conservarlo y compartirlo. Por ello sacrific¨® algo muy querido -la carrera diplom¨¢tica- y se qued¨® en Espa?a para adecuar todo lo que su nobleza implica a los nuevos tiempos. Alvaro Fern¨¢ndez-Villaverde se gana la vida como director general adjunto del Banco Hispano Americano. "La nobleza impone obligaciones".
Vacas tudancas y toros suizos pacen desde hace a?os en Santander en lo que fue un campo de golf y otro de polo. Es un proyecto ilustrativo de las pretensiones de ?lvaro Fern¨¢ndez-Villaverde, de la adaptaci¨®n a los nuevos tiempos. Relata con aut¨¦ntico fervor y orgullo el cruce entre la vaca tudanca y el pardo alpino (toro suizo), del que surge tina vaca mixta que a su vez se cruza con un toro charol¨¦s.El mayor de cuatro hermanos, naci¨® hace 45 a?os en Londres, donde su padre era embajador de Espa?a. Ingres¨® en la carrera diplom¨¢tica en 1967 con el n¨²mero uno. Su ¨²ltimo destino lo ocup¨® en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE), en Madrid en 1980. "Los tiempos estaban cambiando. Las propiedades familiares hab¨ªa que ponerlas al d¨ªa y el papel de la aristocracia de cara a los a?os noventa se ten¨ªa que adecuar a la nueva situaci¨®n de la Espa?a democr¨¢tica y de Europa". As¨ª explica su cambio de destino, que le llev¨® a director de relaciones externas del Instituto Nacional de Hidrocarburos, y tres a?os m¨¢s tarde, a la direcci¨®n de relaciones institucionales y comunicaci¨®n del Banco Hispano Americano. Todo ello con Claudio Boada.
Resulta casi ins¨®lito o¨ªr a ?lvaro Fern¨¢ndez-Villaverde hablar del papel de la aristocracia espa?ola -1.700 personas f¨ªsicas poseen t¨ªtulos y 300 son grandes de Espa?a- por encima de la frivolidad y de la presencia de algunos de sus miembros en la prensa del coraz¨®n. "Eso no es la aristocracia. Ahora, la aristocracia debe representar un papel no como grupo, sino individualmente. Cada uno debe tratar de defender ese privilegio que posee reflej¨¢ndolo en su comportamiento vital. Al nacer recibes un honor que no debes merecer perderlo. Los que heredan esa situaci¨®n est¨¢n obligados a servir al pa¨ªs, a la Corona, a las letras...".
Con su presencia, desde hace escasamente un mes, en el Consejo de la Diputaci¨®n Permanente de la Grandeza, una instituci¨®n asesora del Ministerio de Justicia en la sucesi¨®n de t¨ªtulos, intentar¨¢ contribuir a la agilizaci¨®n del papel de la aristocracia en el terreno cultural y en distintos acontecimientos.
Ha escogido quiz¨¢ el camino menos c¨®modo: transmitir las tradiciones. La pol¨ªtica de conservaci¨®n y de apertura al p¨²blico del palacio de San Carlos, en Trujillo; del palacio Don ?lvaro de Baz¨¢n, en El Viso del Marqu¨¦s; de la Casa de los Hornillos, en Santander; de otros palacios en Madrid y de fant¨¢sticas obras de arte le trae muchos quebraderos de cabeza, pero aparenta ser algo irremediable. Sobre todo cuando se le oye hablar de sus antepasados, de los fanales del barco insignia que luch¨® en Lepanto, de los archivos de la familia... Intentar¨¢ transmitir fielmente todo eso a su hijo de seis a?os.
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