?Los cient¨ªficos creen en Dios?
Varios de los investigadores m¨¢s reconocidos estudiaron textos religiosos
En alguna ocasi¨®n, Einstein dijo que cuando le¨ªa el Bhagavad-Gita, y reflexionaba acerca de lo humano y lo divino, llegaba a la conclusi¨®n de que ambos t¨¦rminos estaban relacionados. Tras la lectura del texto sagrado hind¨² se pon¨ªa a meditar sobre Dios, sobre la creaci¨®n del universo y sobre las particularidades del ser humano.
Con arreglo a esto, lo dem¨¢s le parec¨ªa superfluo. De todas maneras, Einstein no fue el ¨²nico f¨ªsico que valor¨® la trascendencia del texto hind¨². El famoso J. Robert Oppenheimer, aprendi¨® s¨¢nscrito para poder leer el Bhagavad-Gita sin mediadores en su traducci¨®n. Sabemos que, tras la explosi¨®n de la primera bomba at¨®mica, a Oppenheimer le asalt¨® el recuerdo de un verso del Bhagavad-Gita que viene a decir: ¡°Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos¡±.
Volviendo la vista atr¨¢s, hasta unos a?os antes del desastre, tenemos a Schr?dinger acerc¨¢ndose a las filosof¨ªas hind¨²es a trav¨¦s de los escritos de Arthur Schopenhauer, fil¨®sofo alem¨¢n quien, a su vez, fue un estudioso de los Upanishads, textos religiosos del hinduismo. De esta manera, Schr?dinger identific¨® el pensamiento contenido en los Upanishads como una transfusi¨®n de sangre necesaria para las teor¨ªas cient¨ªficas que revolucionaron el pensamiento cient¨ªfico durante el periodo de entreguerras.
La f¨ªsica cu¨¢ntica, el mundo invisible y las relaciones at¨®micas, as¨ª como sus interacciones con la radiaci¨®n electromagn¨¦tica, fueron para Schr?dinger la parte cient¨ªfica de los Upanishads. Llevado por la pluralidad temporal, la unidad espacial y el resorte m¨ªstico, Schr?dinger alcanz¨® los l¨ªmites de la paradoja con su conocido experimento mental, donde un gato se encuentra vivo y muerto a la vez, pues el gato no existe hasta que lo observamos. Es el hecho de mirar lo que lleva a la naturaleza a decidir.
De esta manera, contemplando, borramos fronteras entre el sujeto que observa y el objeto observado; llegando a constituir ¡ªobjeto y sujeto¡ª la misma unidad. Este punto de vista, de influencia oriental, condujo a Schr?dinger a pensar no solo en un mundo, sino en miles de millones de mundos, tantos como habitantes. Con todo, esa multiplicidad solo existe en su aspecto m¨¢s superficial. M¨¢s all¨¢ de la apariencia ¡°en verdad solo hay una mente. Esta es la doctrina de los Upanishads¡±. Para ¨¦l, para Schr?dinger, el mundo era un hecho cuyo origen se encuentra en nuestra capacidad de observaci¨®n, donde todos los mundos surgidos a partir de nuestro acto creativo se relacionan entre s¨ª.
Schr?dinger y Einstein coincidieron en los primeros a?os 30 como profesores del Instituto Kaiser Wilhelm en Berl¨ªn. Es posible imaginarlos durante sus paseos, criticar la deriva que estaba tomando la f¨ªsica con la llegada de la mec¨¢nica cu¨¢ntica. Ambos buscaban en los textos hind¨²es el soplo necesario para comprender el comportamiento azaroso de los ¨¢tomos. Hab¨ªa que desechar el c¨¢lculo occidental; encontrar otra ficci¨®n a la que dar forma realista para completar con ella una nueva teor¨ªa cient¨ªfica: la teor¨ªa del campo unificado; una teor¨ªa donde las interacciones entre las part¨ªculas elementales alcanzan la salvaci¨®n y se unen a la divinidad siguiendo un ciclo donde todo est¨¢ constantemente cambiando, realizando as¨ª su dharma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.