Balas forradas de caucho
M¨¦dicos belgas, "trastornados" por los efectos de la represi¨®n en los territorios ocupados
Una delegaci¨®n de 11 m¨¦dicos belgas ha examinado recientemente las condiciones de los hospitales y de los campos de refugiados palestinos en territorio ocupado. Todos han vuelto "trastornados y horrorizados". "No me esperaba una situaci¨®n tan terrible. Estoy profundamente impresionado, porque esto es el resultado de una represi¨®n ejercida por un Estado y por una sociedad democr¨¢ticos", dice el profesor Jean-Jacques Amy.
El doctor Amy, que ense?a ginecolog¨ªa en Bruselas, cuenta c¨®mo en el hospital Makaseth, en Jerusal¨¦n Este, ha examinado a cinco pacientes, tres de ellos eran v¨ªctimas de la represi¨®n. De esos tres, dos han sido reducidos al "estado vegetal" por las balas de caucho. "Hemos visto de cerca esas balas y hemos constatado que se trata en realidad de cilindros de acero envueltos en una fina capa de goma", asegura.El ortopedista Jan Meesters ha examinado a 13 pacientes, v¨ªctimas de la represi¨®n y de su propia participaci¨®n en la intifada: dos cuadrapl¨¦jicos debido a golpes de garrote en la nuca, dos parapl¨¦jicos debido a balas en la columna vertebral, tres amputados y cuatro fracturas, todos por balas. Dos quemados: uno a consecuencia de la corriente el¨¦ctrica, al poner una bandera palestina en un poste el¨¦ctrico; el otro se abras¨® al manipular una bomba incendiaria.
Los m¨¦dicos belgas han comprobado, adem¨¢s, heridas graves por todo el cuerpo causadas por un "arma nueva", un garrote cuya cabeza tiene clavos: un golpe del garrote clava los clavos profundamente en el punto del impacto y despu¨¦s -por tracci¨®n se forman heridas -rectil¨ªneas y paralelas a lo largo del cuerpo.
La doctora Ther¨¨se Tassenoy, ortopedista, se?ala una experiencia en Beachcamp, en Gaza: "Un peque?o avi¨®n sobrevolaba el campo de refugiados y lanzaba granadas lacrim¨®genas. En ese momento, que yo sepa, no hab¨ªa manifestaciones ni revueltas en el campo", afirma.
Los delegados belgas apuntan tambi¨¦n la represi¨®n que sufre el cuerpo m¨¦dico palestino. M¨¦dicos y enfermeras est¨¢n en la c¨¢rcel. Ambulancias y m¨¦dicos no pueden llegar a los hospitales debido a los toques de queda...
"La poblaci¨®n en los campos vive en una miseria de campo de concentraci¨®n", se?ala el profesor Amy. "Es un universo de concentraci¨®n igual a cualquier otro", a?ade. Seg¨²n el doctor Jorge Barudy, psiquiatra, hay "dos generaciones sacrificadas: en primer lugar, la juventud palestina mutilada en su cuerpo y alma; pero tambi¨¦n la de los soldados israel¨ªes, ni?os a los que se ordena inatar y herir a otros ni?os".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.