"Vogue" a?ade un t¨ªtulo m¨¢s al nutrido mercado de revistas de dise?o y decoraci¨®n

Con un soporte publicitario en televisi¨®n, marquesinas y suplementos dominicales por valor de 80 millones de pesetas, ediciones Cond¨¦ Nast pone hoy en los quioscos su segundo producto en Espa?a, Casa V¨®gue, una revista de lujo para "quienes quieren comprar lo mejor y disfrutan de lo mejor en su casa", seg¨²n su directora, la periodista Ana Pu¨¦rtolas.La incursi¨®n de Cond¨¦ Nast en el sector del dise?o y la decoraci¨®n no agota el amplio abanico de t¨ªtulos que pugnan por captar la tarta publicitaria y el hasta ahora reducido cupo de lectores interesados por esos temas. Hachette, editora de Elle, tambi¨¦n estudia el mercado para colocar Elle Decoraci¨®n en el hueco que quede libre. "En este sector, los editores extranjeros aparecen despu¨¦s de probar fortuna en la moda", comenta Cristina Rodr¨ªguez Salmones, directora de Nuevo Estilo, "como Marie Claire, con Casa 16 o ahora con Casa Vogue".

El mundo de la decoraci¨®n ha sido un desierto apenas ocupado por revistas francesas, italianas, brit¨¢nicas o americanas. Ahora, hasta los suplementos de los diarios pugnan por ofrecer grandes fotograf¨ªas sobre los rincones hermosos de las casas de personajes populares. En el intermedio, las estanter¨ªas de los quioscos dedicadas a revistas de urbanismo, arquitectura, dise?o y decoraci¨®n se han saturado. Por un lado, las dirigidas a los profesionales, como On, Ardi, El Croquis o Arquitectura Viva, que no superan los 10.000 ejemplares; en el otro extremo, las orientadas al p¨²blico en general, como Casa yJard¨ªn, Arquitectural Digest, Casa Viva, Hogares Modernos, El Mu¨¦ble, Casa 16 y Nuevo Estilo, la re -vista l¨ªder, que ronda las 160.000 copias al mes.

Unas y otras chocan con un grave problema a la hora de distribuir las suscripciones. Correos no se hace cargo de su entrega a domicilio en cuanto superan los 500 gramos de peso. Para soslayarlo Nuevo Estilo ha contratado los servicios de mensajer¨ªas para su entrega a domicilio en Barcelona y en Madrid.

En este mar de t¨ªtulos, la aparici¨®n de Casa Vogue no parece preocupar demasiado. "Convivimos estupendamente", dice Rodr¨ªguez Salmones. "Mientras otros se interesan por el espacio privado, nosotros nos ocupamos del espacio en su conjunto, el privado y el urbano", puntualiza Ana Pu¨¦rtolas.